Mas les heres

Hace unos meses vine con mi pareja y fué perfecto! Ésta vez he repetido con mi familia y ha vuelto a ser fabuloso. Es un lugar con mucho encanto y historia, ideal para desconectar y relajarte.
El bufet de desayuno muy bueno (embutidos, zumo recien exprimido, reposteria casera...) y l acena abundante y riquisima.
Repetiré seguri!

Estuvimos un grupo de amigos y amigas este fin de semana y nos encanto. En cada rincón de la casa hay historia para contar. El trato es excelente. Muchas gracias a todo el personal y a los productores de los quesos, la mermelada...por hacerlo todo tant bueno.

Han sido 3 días maravillosos de descanso y paz con la familia, los amigos y los perros. La finca es simplemente increíble, con un encanto maravilloso que te permite disfrutar del tiempo, del Sol, de unos largos paseos.

La tenéis decorada con el gusto de conservar esa nota de elegancia de muchos años atrás, y es divertido jugar a encontrar todos los pasillos y lugares escondidos de la masía.

Muchas gracias a Montse y Ana, habéis sido super atentas, y nuestras hijas han disfrutado mucho, viendo a los animales, a las gallinas, a los burros, a los corderos... Madre mía! que intensidad!. Las 3 parejas os lo agradecemos.

Positiva: Todo, lo que mas llama la atención es l decoración y los detalles, todo muy cuidado y muy rústico. Esta apartado de todo y transmite una paz increíble. El personal excelente, muy atentos en todo momento! La comida es artesanal y ecológica! El desayuno estupendo, con productos naturales de km0 que también venden allí y con atención personalizada. Una maravilla!. Negativa: No habernos quedado mas tiempo.

Espectacular! Estuvimos en la habitación de la torre, la cual es amplia, bonita y da al jardín de la casa. Las otras habitaciones están distribuidas por las otras zonas de la casa, así que no es posible que los otros huéspedes nos molestaran. El personal es muy muy amable y servicial, se esfuerzan para que uno se sienta como en casa. La cena fue espectacular, comida de temporada muy bien cocinada (sopa de verduras, albóndigas y tarta de queso). El almuerzo con productos caseros (quesos, mermeladas), nos montaron la mesa en el exterior para que pudiésemos gozar del sol y del jardín. Un 10. Ya estamos deseando volver para poder disfrutar más del lugar. Muy muy recomendable!

Muy recomendable para pasar un fin de semana y olvidarte del estrés de la gran ciudad junto a tu pareja, amigos o simplemente contigo mismo. La chica que nos atendió fue muy amable y nos hizo un tour explicativo guiándonos por la gran masia...un lugar con mucha historia y con encanto. No le puedo dar las 5 estrellas porque no pudimos utilizar el jacuzzi y la sauna...y porque una piscina en ese lugar sería indispensable para hacer de él un rincón aún más mágico. No obstante, fue una velada que repetiríamos sin lugar a dudas.

Un hotel muy singular en un lugar estupendo, rodeado de naturaleza. Estuve con mi pareja tres noches en invierno y nos encantó. Es una antigua masía con una historia increíble que han reestructurado con un gusto exquisito, manteniendo su carácter señorial, rústico y artesanal. El lujo aquí es vivir la experiencia de dormir en un lugar casi con los mismos (pocos) elementos de hace muchos años, comer de la propia huerta, disfrutar plenamente del silencio y de la naturaleza. El equipo de personas que trabaja allí se esmeró en que nuestra experiencia fuera memorable: Gemma con la reserva, Pep con los desayunos y sus historias sobre la casa, Marc con sus recomendaciones de la zona y la preparación del spa, Montse con sus maravillosas cenas hechas con cariño. Gracias por todo! Ya estamos deseando volver.

No puedo ser objetiva con este lugar, tan solo llegar me trasladó a recuerdos bonitos de mi infancia. En todo caso intentando ser imparcial, puedo decir que es un lugar maravilloso si quieres paz y tranquilidad. El lugar desde mi punto de vista es mágico, un sitio que tiene construcciones desde 1200 hasta la última de 1900. Una masía totalmente restaurada respetando los materiales de la época. Hicimos una noche en la única habitación con baño compartido, no nos importó por ser solo una noche. En todo caso el baño estaba tiempio y en buen estado.
Cenamos y desayunamos en la Masia. La cena estaba deliciosa, se notaba que los productos eran del huerto de la misma casa, el desayuno con un pan exquisito, las mermeladas elaboradas por ellos mismos.
El jardín que por el tema del covid-19 (mantener las distancias) era el sitio donde cenamos y desayunamos, es un lugar muy bonito y apacible.
La atención de la chica que nos recibió fue muy buena, muy sonriente. La chica que nos sirvió la cena muy amable y el hombre que nos sirvió el desayuno excelente!, a parte nos dio una visita guiada con un poco de historia de la casa y la familia que durante 8 generaciones fue la dueña del lugar.