L'Aixart Aiguablava Hotel

Hotel muy caro para lo poco que ofrece. La habitación hermosa, más que nada el baño y el balcón. El desayuno muy rico y la piscina muy linda. La atención de las dos mujeres a la mañana impecable pero la atención por la tarde-noche a cargo de un chico joven pésima. Además dice ser un hotel restaurant y por la noche cierran la cocina 20.30 y lo único que ofrecen es comida congelada (pizza de supermercado) y snacks.

Hotel en una situación ideal. El único inconveniente es no tener un restaurante/cafeteria o Bar para tomar algo por la noche. Por lo demás desde Jordi el dueño y todas sus trabajadoras son muy atentas, amables y muy profesionales. Sin duda volveremos.

Hotelito de 3 Estrellas situado cerca de Begur. Pocas habitaciones. Las mismas son sencillas decoradas con buen gusto y muy bien aisladas acústicamente.
Tiene una pequeña piscina perfecta para refrescarte, una bonita terraza para comer a la sombra y un buen staff.
Está a 15 minutos caminando de la famosa playa de Aiguablava.
Si quieres desconectar este es un gran sitio.

El hotel está en un sitio muy bonito. Es casi lo único bueno del hotel. El desayuno es bastante pobre y aunque la persona que lo sirve es muy amable la variedad no está a la altura del precio/posición del hotel. Tampoco está listo por la mañana a la hora que dicen. La habitación tiene bonitas vistas aunque es pequeña y con un equipamiento básico. El armario no tiene ni un sólo cajón donde dejar cosas. La lencería del baño está ajada e incluso rota. En resumen salvo por la ubicación el precio del hotel no responde a lo que ofrece. Es aceptable. Nada más

Excelente hotel "boutique", con pocas habitaciones, y muy íntimo. Lejos de los típicos hoteles de la zona, a sólo 10 min andando de la playa. El personal, Dan, Sabri y Luis son encantadores. La habitación está muy limpia, acogedora, con terraza privada con vista al mar. Es un hotel muy tranquilo, con poco ruido (adult only). Y los masajes son excelentes!!!!

Hotel pequeño y tranquilo, habitaciones muy limpias y bonitas. El personal simpático y a 10 minutos de las playas andando. El restaurante muy correcto. Precios un poco elevados pero vale la pena.

Lo encontramos de casualidad buscando un sitio donde comer después de una mañana en la playa de Aiguablava. No queríamos comer en los restaurantes de primera linea de mar porque estaban a tope y con mucho jaleo.

Es muy tranquilo y el personal muy amable y cercano. Comimos algunas tapas (muy recomendable el pan de coca con tomate), después el "Arròs de Pals" y dos riquísimos postres. Nos fuimos encantados.

Habitación y lavabo espaciosos. Limpieza excelente. Buscaba desconectar y encontré tranquilidad absoluta, amabilidad y un paisaje de foto