Hotel Triana

Un 3 estrellas más que digno. Destacar la limpieza de la habitación y la amabilidad de Eva que nos atendió a nuestra llegada y nos facilitó otra habitación más cómoda y adaptada a nuestras circunstancias. En la cafetería, en el desayuno, nos atendió Antonio: muy simpático y profesional... ¡por fin le sirvieron a mi madre un café como a ella le gusta! Una muy buena experiencia para hacer una parada en un viaje largo. ¡Gracias!

Perfecto! Íbamos de paso e hicimos noche ahí. El hotel muy moderno y limpio. Tiene restaurante t El menú de 12€ es una pasada, porque puedes elegir entre 8 platos.
En verano, la terraza la Vascona que tiene nos encantó.
Sin duda, volveremos

Recomiendo este lugar sin ninguna duda. Hemos estado cenando con la familia en la Vascona y todo muy bien. Lugar amplio, bonito, tranquilo, con música en directo y atención de los camareros inmejorable. Resaltar la comida, ya que las raciones son muy grandes y la comida está muy buena. Volveremos sin duda, estuvimos muy a gusto.

Comida casera muy rica. Desde el pan hasta el último detalle y a un precio increíble. Menú doce euros. Presentación de carta. Nos ha sorprendido gratamente. Volveremos. Recomiendo el magro al ajillo.

La comida estaba bien... El precio también.

La sorpresa fue ver qué las bebidas no venían incluidas en el menú, y que nos cobraron por el envase de plástico para evitar el desperdicio de comida...

La cuenta iban a ser 32€, y con todo lo que comenté acabaron siendo 38...

Estuvimos en el Restaurante, nos comimos el mejor bocadillo de jamón ibérico cortado a cuchillo, pan excelente y sin escatimar en el contenido. Nos atendió Juanjo, con gran profesionalidad y simpatía. Volveremos siempre que pasemos por allí, pero haremos caso a Juanjo de comer en el Restaurante, por lo visto, espectacular!! Gracias

Estancia perfecta, soy cliente habitual por motivos de trabajo.
La recepción muy amable al igual que cafetería y restaurante con muy amplia variedad de platos y muy buenos.
Limpieza exquisita.

El trato perfecto.El chico llamado Juanjo se porto genial. Pasamos de viaje dirección Madrid a tomar café, incluso le pedimos un croissant calentito y nos lo puso sin poner problema. Un placer.