Parador de Guadalupe

El Parador muy bien cuidado, buena cocina y bien servida con un servicio acorde al sitio. La cafetería con buen servicio y buen producto.
El servicio de habitaciones y recepción con personal educado y profesional, tengo que hacer una pequeña excepción hacia una de las recepcionistas que necesitaría un curso de protocolo y atención al cliente ella sabe quien es pues me pregunto si yo era el secretario. En general todo muy correcto y en la línea de Paradores, recomendable.

El parador en sí es perfecto para una relajarse ya que su ubicación dentro de las montañas y enfrente del monasterio de Guadalupe invita a ello. Las habitaciones en sí son austeras pero prácticas como si de un convento se tratase. El restaurante para cenar para mi punto de vista no está al nivel esperado de los paradores. Aunque el servicio era muy bueno la comida era mediocre y falta de sabor. El desayuno sin embargo ain ser excepcional es correcto. Lo mejor es su patio interior para relajarse.

Lugar encantador y con muy buen trato. Guadalupe, una de las camareras que nos atendió nos trató de una forma tan Cercana y familiar que íbamos solo a tomar algo y nos quedamos a cenar! Muchísimas gracias por tu atención!
La comida muy rica y el trato del servicio en la cena estupendo. Sin embargo, he de ser sincero, tardaron bastante en servir la cena desde el aperitivo, que lo trajeron a los 25 minutos de pedir el vino, hasta la cuenta, la verdad es que nos sorprendió muchísimo la tardanza en todo porque personal había de sobra. Aún con todo, recomiendo 100% su visita, pero deberian cuidar un poco más ese aspecto que no se si fue casual y nos tocó a nosotros o es habitual.

Trato excelente de inicio a fin. Recepción atentos, amables... Javier, el chico que estaba en la piscina, muy simpático, preocupado y atento en todo. Nos informó de todo lo que ver y comer.
Cenamos las 2 noches en la cafetería del parador y, sobretodo la primera cena , nos atendió una chica (que no le pregunté el nombre), pero también muy dicharachera, atenta y que hace la estancia más agradable.
Desayuno y bocadillos de cafetería completos.
Habitación, la económica, sencilla. Cama, para mi, dura, pero eso va a gustos.
Precio: es un parador y se paga.
Fácil aparcar en la calle (según temporada)

Me encantan los paradores.
El servicio es muy bueno, la gastronomía es del terruño, y su ubicación nunca defrauda: lugares emblemáticos llenos de historia y belleza arquitectónica...
La villa de Guadalupe, como no podía ser de otra manera, es una joya extremeña. Su monasterio, su parador y sus calles angostas - sobretodo en la judería - retratan a la perfección su amplia historia y la importancia de la villa, llena de detalles escondidos...
Visita obligada

Bonito edificio estupendamente situado. Algunas habitaciones son bastante pequeñas. El comedor principal es reducido lo que le obliga a extenderse al claustro, con la climatología actual no resulta muy cómodo para comidas y casi tampoco para cenas.
Al personal de servicio no se les ve agusto, lo cual va en detrimento de la atención, nos ha pasado en algún otro Parador y es una pena.

El parador es fantástico, situado en pleno centro de Guadalupe. Las instalaciones, como siempre, con el altísimo nivel de Paradores. Una piscina, fabulosa, para pasar estos días de tanto calor. El servicio impecable, tanto en la cafetería como en el restaurante, que son dos lugares encantadores. Y tiene parking, aunque de pago, pero fundamental porque es muy difícil aparcar cerca

Servicio bueno nada del otro mundo. Comida en lo normal sin nada digno de admirar. Me siento estafado en el sentido que la carta te marca lomo de vaca a la brasa. Te sirven lomo de vaca a la plancha . Infinitamente no tiene nada que ver. Mentir en la carta no es digno de un sitio como un parador. Apuntar que la carne ....más bien baja la calidad . La carta sin precios lo cual es ilegal .