Hotel Entrerobles

Las habitaciones están bien. Nada del otro mundo, pero limpias y suficientemente amplias. El desayuno bien también si no fuera porque no tuvimos tostadora, por lo que tuvimos que comer el pan tal cual. El último día llevaron una, pero no se entiende que no hubiera antes. También es extraño que no podamos el café, el agua y el zumo tenga que ser solicitado en lugar de simplemente acceder a ello. Las personas de recepción muy amables y el lugar, entre robles y tranquilidad, es muy agradable. Incluso con la habitación dando a la parte frontal no había apenas ruidos..

Hotel tranquilo en un entorno idílico. Todo el personal muy agradable y más que dispuesto a ayudar con todo. El desayuno muy completo ☕ y en una terraza envidiable. Las habitaciones muy limpias también.

Si volvemos por la zona, repetiremos seguro 🤗

Hotel muy agradable y situado en un lugar tranquilo. Las instalaciones están muy cuidadas y la estructura del edificio es elegante. Dispone de un comedor acristalado con vistas a un jardín con árboles y flores muy bonito. Buen desayuno. Las chicas de recepción fueron muy amables y nos aconsejaron acerca de los restaurantes de la zona. El responsable del hotel fue muy atento y agradable. Habitación y baño limpios y cómodos. Muy recomendable. Repetiremos.

Si aprecias la tranquilidad, dormir entre frondosos castaños y robles y cerca del ambiente de Baiona y Playa America este sitio es estupendo para conocer Rías Baixas. Limpieza excelente, desayunos abundantes y ambiente familiar. Un pequeño hotel con mucho encanto y parking gratuito.

El hotel es una maravilla de atención, buen ambiente y tranquilidad. Todo limpio, nuevo y reluciente en un entorno único. Destaco, desde el primer momento, la atención única de todo el personal, que se desvive por tener contentos a todos los que nos hospedamos. Repetiremos

Un hotel pequeño, cuidado y muy limpio, muy pendientes del confort de los clientes. Muy tranquilo dónde el descanso está garantizado.

Nos tocó la habitación bajo tejado, con ventanas en el techo. Por la noche teníamos que escoger entre pasar calor o convivir con los mosquitos, puesto que no hay mosquiteras ni aire acondicionado ni ventilador.
El techo muy bajo, especialmente en la ducha, donde no podías ducharte de pie. Tampoco había ni un colgador para las toallas, ni una estantería para el neceser.
Había un televisor antediluviano que no funcionaba.
El desayuno muy justo, con las tostadas frías hechas horas antes y la mujer poco atenta.
Tuvimos problemas con el wifi, que no funcionaba.

Estuvimos 11 días todo muy limpio las sabanas perfectas, pero el desayuno deja mucho que desear, las tostadas las hacen por la mañana temprano y el pan está duriiisimo. El personal que atiende si llegas próximo a las 22h que termina la hora del desayuno te pone muy mala cara e incluso te dice que ya no te puede servir el café!! No entiendo como en un hotel pequeño te pueden decir eso y ser tan inflexibles. Los zumos de naranja son de bote. No se qué trabajo cuesta poner una tostadira.
Otro tema es la llave de la habitación que cada vez que sales tienes que dejarla en recepción... No lo entendemos...