Hotel Torre Lombarda

Una estancia muy agradable. Casa Hotel a un minuto del centro de Allariz. Confortable y cómoda. Por poner alguna crítica mejoraría la iluminación. La reforma de la casa, una antigua curtiduría, muy notable.

No sabría cómo llamarla. No me encaja en la descripción de casa rural (se le queda pequeño), ni pazo (es algo diferente). En cualquier caso, es una edificación sorprendente, imponente y llena a partes iguales de buen gusto y de historia.
La gestiona Mónica, con el tacto de una panista y la atención de una directora de orquesta.
Para dejarse perder o encontrar, en cualquier caso siempre una experiencia que aporta y relaja.

Un sitio especial, una antigüa fábrica de cuero, a la que le han añadido unos cubículos hechos con una madera que no cuadra nada con la piedra del edificio.
Carente de cualquier tipo de accesibilidad desde la entrada al lugar como dentro de las habitaciones.
La ubicación es buenísima al estar junto al río y a un paso del casco histórico.
El personal nos atendió muy bien por whatsapp y no tuvimos ningún problema para aparcar, zona privada, ni para acceder al hotel.

El edificio es precioso pero no han acertado con los materiales que han utilizado para su rehabilitación. El suelo y las paredes de un material oscuro e inestable. Las habitaciones y los baños muy oscuros. Los lavabos a la altura de una persona que mida 1,40m. La calefacción se supone que salta cuando entras en la habitación. Mentira. Mi pareja y yo llamamos para que la pusieran pero mi hijo, en la habitación de al lado, pasó toda la noche sin ella. Levantarte por la noche es un ejercicio del circo del sol cuando intentas no despertar a todo el hotel con tus pisadas. El suelo de la recepción puede causar un accidente, esguince o similar y no hay ningun aviso de su peligro: atención suelo irregular. Lo mejor es la ubicación y la atención del personal. Todo estaba muy limpio.

Hotel muy bien situado cerca del casco histórico de Allariz. Parking exterior privado. Por poner algún contra, se escucha a los vecinos de las habitaciones mucho y la luz del baño para mi gusto algo escasa.
Por lo demás todo bien con buena limpieza.

Excelente trato , servicio y comodidad.Entorno único. Monica, la gerente, atención, encanto y servicial al máximo nivel.

Hola,

El hotel tenia muy buena pinta, por desgracia la expectativa no se cumplió, habitaciones desangeladas, era una noche fría y no había ni calefacción ni manta supletoria. Las camas y sobre todo las almohadas, no había otras en la habitación, eran más duras e incomodas que si hubiesen puesto alguna de las piedras con las que esta hecho el edificio.

Por cierto, tengan cuidado con sus opiniones, si a la gerente no le gustan, usara sus datos personales (en mi caso móvil), para mandar mensajes con un carácter, entiendo intimidatorio, amenazante, despectivo, quizás.

Es un edificio rehabilitado,muy próximo al Rio Arnoia, que ha sido una antigua curtidores, es realmente un auténtico museo en el arte de la piel...
Conserva en perfecto estado toda la estructura.
El comedor del establecimiento se halla en el antiguo molino de corteza y sirve cocina casera de la zona.
El personal es tremendamente amable, no queda nada al azar, es obvio,que por ser un antiguo edificio, algunas habitaciones no son extremadamente amplias pero están impoluptas y tienen todo lo necesario para ofrecer un cómodo alojamiento.
Las vistas desde el balcón que da justo encima de rio Arnoia son espectaculares.
Dispone de parking privado.
Lo recomiendo y sin duda repetiremos.
Además calidad precio están de la mano.