Mesón la Lonja

Un hotelito pequeño en un pueblo enmarcado en la zona de els ports. Matarraña. Regentado por Patricia que derrocha simpatía y buen humor. Se come de maravilla en el pequeño restaurante que ella misma tiene justo al lado

Sitio tranquilo. Lo malo que no tienen el restaurante abierto y el más cercano está bastante lejos. Si se pudiera comer en el restaurante del mesón le daría 4 estrellas.

Las personas que lo gestionan son maravillosas, comes de lujo y el ambiente es inmejorable. Pueblo pequeño rural con mucho encanto, pequeño castillo e iglesia muy bonita. Rodeado de naturaleza, es precioso!!!
Sin lugar a dudas algún día volveremos pese a estar lejos, porque ha sido un broche de oro para el final de nuestras vacaciones.

Habitación muy deficiente, las camas con colchones hundidos, los cabeceros sin anclar y haciendo ruido al moverse, la televisión para verla con lupa por tamaño y posición, el radiador igual con soniquete toda la noche, el baño sin soporte para la alcachofa de la ducha, la habitación helada al llegar, nos acostamos vestidos del frio, por que dormir imposible hasta las 4 de la madrugada, por las voces, golpes, portazos y demás hasta esa hora. En el comedor en otro local, parecíamos invisibles pues nos ignoraban, después de un buen rato nos atendieron para tomar algo y posteriormente pedimos una pizza, que nos sirvieron bastante quemada, la excusa es que acababan de despedir al cocinero. A la mañana siguiente salimos a las 8:50 y el comedor cerrado, por lo que tomamos la decisión de marcharnos sin desayunar estando este pagado. ¡AH!, y en la página ponía que estaban completos y solo quedaba nuestra habitación, pero aquello parecia bastante vacío, ¿no será que solo abren una habitación porque no están preparados para dar un servicio de calidad?.
Me parece que esto no vale más de 100 euros, que es lo que han cobrado. Responsables Booking.com y el establecimiento. No lo recomiendo en absoluto.

Veníamos simplemente a pasar la noche ya que fuimos por temas de trabajo y por la zona era lo único asequible en cuanto a precio calidad aparecía en las fotos. Sin embargo, nos encontramos con que nada más entrar a la habitación encendieron el radiador delante nuestra, lo cual la habitación estaba helada y la solución que nos dieron fue coger unas mantas que tenían por lo menos 20 años. Cuando fuimos al "comedor" o lo que viene siendo lo mismo que el bar del pueblo, la chica que nos atendió se excedía en cuanto a confianza hasta el punto de no saber si nos vacilaba o quería ser acogedora, lo que nos hizo pensar un poco en cuanto a su estado de sobriedad. Tras comernos una pizza quemada, pues había echado al cocinero 5 minutos antes y no tenían, nos fuimos al cuarto, que seguía helado, no pudiendo ducharnos además porque no había donde colgar la alcachofa de la ducha, y nos metimos en las camas que tenían cabeceros sin anclar, por lo que se te venían encima de la cabeza y unos colchones que practicamente dormimos en las tablas del somier. Pero es que la historia continúa, eran las 3 de la mañana y la chica que nos atendió junto con más gente que probablemente estaba en el bar, se liaron a voces y golpes dentro de las habitaciones, dificultando el descanso hasta el punto de hacernos dudar si marcharnos a las 4 de la mañana. Pagamos el desayuno a parte, que supuestamente nos dijeron que se serviría a las 9, pero deseosos de salir de aquel lugar, nos fuimos sin desayunar a las 8.50 y ahí todo estaba cerrado, lo que nos dio que pensar si de verdad nos darían de desayunar.
No digo que el sitio sea lo peor en lo que nos hemos alojado, pero ese sitio no cuesta ni 40 euros y hemos pagado más de 100!!!

Pueblo precioso, con encanto, la gente hospitalaria, el hotel muy bien, limpio y cómodo !! El Mesón espectacular!! Comimos y desayunamos exquisito!!! Dani el cocinero un genio, cocina con mimo y se nota, todo casero y delicioso !!! Patri quien lleva el hotel y el restaurante todo lo que pueda decir sería poco, servicial y simpática, como dijimos el grupo que fuimos “la alegria del lugar “
Totalmente recomendable !!! Y con muchas ganas de volver !!!

Ubicación para desconectar en un pueblecito de pocos habitantes muy acogedor y rural. Debajo de las habitaciones hay un mesón donde se come muy bien y lo regentan los mismos dueños quw las habitaciones. El único detalle es que pasamos un poco de frío a pesar que estaban las estufas conectadas, creo que sería mejor algo más de calefacción. Pero en general muy bien

El pueblo ,las personas y sin palabras la atención de Patri y Dani,pasamos un fin de semana en familia espectacular . La comida de Dani exquisito todo y los desayunos muy bien.
Volveremos, ojalá y pronto.
Totalmente recomendable.
La risa asegurada.
Gracias por todo chicos.