Hotel San Miguel

Fuimos a comer y estaba todo delicioso. Unos calamares plancha muy tiernos, un arroz con espinacas y boquerones delicioso, y de postre tiramisú y flan de café. Todo servido muy rápido y muy bien hecho. El menú también tenía buena pinta y las raciones eran grandes. Mejor reservar si sois muchos porque el sitio es pequeño. Nosotros volveremos.

Las camareras muy bordes, el arroz que pedimos estaba duro y con poco sabor. La ración de sepia muy escasa para el precio.
Para colmo tuvimos que aguantar el acoso del que creemos que era socio/dueño/o allegado de los dueños con comentarios de que estaba "muy buena" o que por ser mujer no puedo cuidarme yo sola.
No volveremos.

Pasamos 1 noche para empezar nos dieron las llaves y la habitación no estaba limpia. La higiene "después "de preparar la habitación pésima. Sábanas sucias, olor a orina, entre otras muchas cosas malas. Humedad, etc. No recomendaría ni a mi peor enemigo este hotel.
Lo único que tiene bueno es la ubicación.

Primera línea de playa y vistas espléndidas desde la habitación. Esta era grande y con una cama comodísima, pero la presencia de hormigas y de sangre seca en las sábanas estropearon un poco la experiencia a pesar de que la habitación estaba limpia. Muy recomendable la habitación con balcón para subirse un desayuno y disfrutarlo mirando al mar. Me pareció algo caro para lo que es, pero supongo que es normal en agosto y más en primera línea de playa.

Habitación espaciosa, baño bien, vistas al mar bien, colchones bien.
Todo muy viejo, sucio y abandonado, (sensación de suciedad.) Hay que pasar por mitad del restaurante y de la personas que están comiendo para coger ascensor, no tienen recepción, ascensor muy estrecho. Olor a comida en ascensor y pasillos. Colchones, canapés, etc. A la vista de todos. No volveré jamás.

La ubicación es muy buena aunque las habitaciones no son nada del otro mundo. Aparte en la habitación donde estuvimos olía muchísimo a comida y resultaba un poco desagradable. Un punto a favor es que las camas son bastante cómodas, que es lo más importante. El restaurante está bastante bien, la comida está buena y los precios no son abusivos.

Hemos ido solo a comer cuando hemos visitado Altea. Comimos unos calamares a la plancha super frescos y tiernos y un arroz de espinacas y boquerones, que estaba impresionante. El trato del personal fue bueno. Es preferible reservar porque el comedor es muy pequeño.

Reservé un fin de semana en este hotel sobre todo por la ubicación por 116€. Viajé sola en autobús y está a 10 mins. Caminando en línea recta desde la parada, así como a 10 mins. Caminando del Palau de Altea callejeando, por eso lo elegí.
Si bien cumpli con mi objetivo que era un evento en el palau de Altea, teniendo en cuenta que no llevaba coche y fui caminando, la estancia fue muy regular.
Empezaré diciendo las cosas buenas que tiene el "hotel":
+ Vistas espectaculares (eso sí, el paseo justo en frente está en obras y hay que tenerlo en cuenta si vas entre semana).
+ Buena ubicación y podrías aparcar a lo largo de todo el paseo gratis.
+ Restaurante propio en el que se come bien a precio razonable.
+ Trato del personal correcto.
+ Camas y almohadas cómodas.

Las cosas negativas a tener en cuenta:

- No tiene recepción y se accede por el restaurante. En mi caso fue muy desagradable el olor a comida (venía mal del viaje y el olor me descompuso más). Además esa misma noche tuve que llamar a urgencias para que viniera una ambulancia porque me encontraba muy mal. Para trasladarme al hospital tenía que salir por el restaurante que estaba a tope de gente. Tuvieron que levantarse y apartar las mesas mientras estaban comiendo para que pudiéramos pasar con la silla. Pasé auténtica vergüenza porque todo el mundo se giró para ver el espectáculo.
- No hay teléfono en la habitación, de modo que avisé al hotel de que vendría una ambulancia llamando desde mi móvil al teléfono del hotel.
- La habitación necesita una reforma, cortinas, mobiliario, mampara del baño, la tv no tiene mando y estaban borradas las letras... (me pareció ver que la 1era planta está reformada).
- Lo que resulta más molesto de todo es el escándalo que preparan las chicas de la limpieza (son amables); pero a las 8 de la mañana te despiertan con todo tipo de ruidos: golpes, portazos, arrastrando camas y mesillas, así como dando voces delante de tu puerta como si estuvieran en una discoteca, de modo que te despiertan y ya no puedes volver a dormir. Es tan exagerado, que creo que debe ser política de empresa para que abandones antes las habitaciones porque no es ni medio normal.
- Mucho ruido y voces hasta altas horas de la noche, procedentes de los bares que hay justo debajo (fui un fin de semana).