Aunque de indudable origen altomedieval –en la placa colocada en la fachada se dice es del siglo X–, en realidad Santa María de Don Franque no se documenta hasta 1213, cuando Alfonso IX se la confirma a Santo Estevo de Ribas de Sil junto a los lugares de Casasoá, Almoite y Guamir tras haber demostrado el monasterio que le pertenecían. Probablemente el monasterio pleiteaba con don Pelayo Arias o su familia, pues en 1233 llega a un acuerdo con el caballero sobre, entre otros, esos cuatro lugares. Al año siguiente Santo Estevo aforaba lo que tenía en Santa María de Don Franque a dos hermanos. En el siglo XVII estaba bajo el patrocinio de doña Aldonza de Nóvoa, señora de Maceda y madre de su primer conde. Nada queda del pasado medieval del lugar salvo éste mismo, donde en la actualidad se levanta su heredera, la capilla de Don Franque, dedicada hoy a la Virgen de los Dolores y cuya romería se celebra el domingo siguiente al 8 de septiembre.
Probablemente el monasterio pleiteaba con don Pelayo Arias o su familia, pues en 1233 llega a un acuerdo con el caballero sobre, entre otros, esos cuatro lugares. Al año siguiente Santo Estevo aforaba lo que tenía en Santa María de Don Franque a dos hermanos.
En el siglo XVII estaba bajo el patrocinio de doña Aldonza de Nóvoa, señora de Maceda y madre de su primer conde.
Nada queda del pasado medieval del lugar salvo éste mismo, donde en la actualidad se levanta su heredera, la capilla de Don Franque, dedicada hoy a la Virgen de los Dolores y cuya romería se celebra el domingo siguiente al 8 de septiembre.