La iglesia es preciosa pero el trato deja mucho que desear, hoy he ido a verla y el hombre que estaba en la puerta supuestamente viendo a quien dejaba pasar y a quien no nos ha dado un trato nefasto a mi acompañante y a mi, nos ha tratado con desprecio llegando a insinuar que no podíamos entrar por la ropa que llevaba puesta (suéter, pantalón largo y botín) e incluso preguntándonos si estábamos bautizados por la iglesia o no porque sino no podíamos pasar. He ido a muchas iglesias ya que soy creyente y practicante y nunca me han tratado así. Es una pena que haya gente así de cara al público porque la iglesia y el pueblo son muy bonitos.
