Albergue La Jarilla

Buscábamos un sitio estratégico para visitar Trujillo y Cáceres, en principio sólo era un sitio para dormir pero se convirtió en toda una experiencia! Íbamos con 2 niños y pasamos 2 noches y ambas terminamos en el salón(zona común) jugando a juegos de mesa con otros clientes. Mis hijos disfrutaron muchísimo de las experiencia. Linda, muy agradable y cercana. Muchas gracias por todo.

A ver cómo explico mi experiencia para que todo el mundo sepa dónde se mete. He leído críticas al establecimiento. Vamos a ver. Se denomina albergue, no hotel rural ni nada por el estilo. Bien es cierto que cuando entramos y vimos la habitación pensamos que era muy básica pero después de 3 días allí la experiencia no fue tan mala. Se encuentra alejado del pueblo y se llega por una carretera asfaltada. Una vez se llega tienes que recorrer un camino de tierra serpenteante hasta llegar a la casa. Ojo con los bajos del coche. Es de una planta con un salón muy grande donde se desayuna con una buenas vistas. La habitación, como ya he comentado, es muy básica pero todo está muy limpio. Baño en la habitación. Quien busque tranquilidad y despertarse oyendo lindos pajaritos esa es la opción segura. Linda nos trató de lujo y nos comentó que suelen ir voluntarios a trabajar allí restaurando las construcción y ayudando con los animales y la flora. En la misma finca se puede ver la ermita del pueblo donde hacen romería en verano ya que el suelo es del pueblo y lo tienen arrendado por unos cuantos años. Llegué excéptico y salí encantado. Quién quiera lujos y todo es su sitio este no es lugar. Aproveché para llevarme el trípode y los prismáticos para disfrutar del cielo precioso extremeño.

El lugar es bonito, fuimos porque ponia q habia animales y luego no había apenas. Lad habitaciones son pequeñas para cuatro q íbamos y sobre todo el baño. Habia olor a rancio y a humedad. El desayuno escaso y simple.El lugar un sitio estratégico entre Trujillo y Cáceres.

Un lugar maravilloso en el que cada paso que das puedes aprender la "receta perfecta" para respetar la naturaleza y la riqueza de saber aprovecharla sin dañarla.

Linda y Toño son encantadores, con un montón de conocimientos que te regalan con sus "quehaceres" diarios, me ha encantado conocerlos...tienen toda una lección para el resto de personas que cultivan la tierra y tengan ganado, aprovechan todos los recursos al máximo, no los olvidare nunca.

Parece más una casa rural que un albergue (habitaciones privadas)
Hay huertos por todos lados, baño seco externo al albergue (además de los baños en cada habitación), habitaciones amplias y acogedoras, salón comedor con mucho encanto, espacio de barbacoa, burros amigables, gallinas, ovejas merinas negras, espacio casi infinito para que corran y jueguen los más peques, paisajes alrededor impresionantes, y rutas cercanas, además hacen sentirte como en tu propio hogar rodeado de naturaleza y buena gente...

En ocasiones realizan actividades/talleres, festivales, y formaciones.

Son todo un ejemplo de la convivencia que debe existir entre naturaleza y humano/a, una gran fuente de conocimiento que debemos "imitar".

MIL GRACIAS A LINDA Y A TOÑO por vuestra hospitalidad y compartir un espacio tan bello/enriquecedor y vuestros saberes, SE OS ADMIRA, CHAPÓ (chapeau), REPETIRÉ e intentaré ir de voluntaria cuando pueda y así echarles una mano (aunque creo que la mano nos la echan Toño y Linda por compartir sus conocimientos y su espacio).

¡¡¡Viva la naturaleza, la riqueza humana y Extremadura!!!

El paisaje es maravilloso, la atención de Linda y su marido excelente. Las habitaciones muy limpias y con calefaccion. Un ambiente muy familiar.
. Un

Ideal para pasar, puentes y fines de semana. Muy accesible. Para disfrutar de su naturaleza 🤠 en todo momento.

Lugar estratégico para conocer la zona. Cerca de Trujillo y de Cáceres, a una hora de Mérida y de los buitres de Monfragüe.
Historia, naturaleza y gastronomía.

Una experiencia inolvidable, hemos estado con amigos y los niños y nos ha encantado. Linda y Toño y sus hijos son muy cercanos y amables. El desayuno muy bueno y abundante. El entorno espectacular rodeados de naturaleza y animales y en total tranquilidad y desconexión. Los atardeceres con esos colores no los olvidaremos nunca.