Murallas Romanas de Zaragoza
Plaza César Augusto, 3, 50003 Zaragoza, España
4.5
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M449+V7 Zaragoza, España
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El amurallamiento de la ciudad se mantuvo como eficaz defensa durante el periodo visigodo y musulmán.
Sus muros tenían una altura de 10m y un considerable grosor, que alcanzaba en muchas zonas los 7m, siendo la parte exterior de sillares de alabastro y caliza, y la interior de opus caementicium.
Sus torres son semicirculares y tienen un diámetro en torno a los 8 m, alcanzando los 13 m. en una de las torres que flanqueaban la puerta occidental.
La muralla romana protegía perímetro y discurría por la calle Echegaray y Caballero, todo el trazado del Coso y la avenida de César Augusto. La ciudad se abría por cuatro puertas, situadas en el extremo de sus ejes, la septentrional en la embocadura del Puente de Piedras, la oriental junto a la iglesia de la Magdalena, la meridional ligeramente al este del Teatro Principal y la occidental al final de la calle Manifestación.
Se han hallado restos de la muralla en 36 puntos del recorrido. Algunos han sido destruidos, otros se encuentran enterrados debajo de las calles y 12 pueden ser visitados. Los dos más espectaculares se encuentran a la vista, son el tramo de San Juan de los Panetes, en la avenida de César Augusto y el de las Canonesas del Santo Sepulcro, en el paseo de Echegaray y Caballero.
También destacamos los aparecidos en la esquina de Paseo Echegaray - C/ Coso, los restos junto a la torre de la Zuda y los restos localizados en Rte. la Lobera.
En el lado de la muralla que da a Cesar Augusto, aún se puede distinguir algo de lo que fueron los torreones, estas estructuras se diferencian por su forma circular.
Dentro del Torreón de la Zuda, existe un suelo de cristal en la planta baja, desde el que se pueden ver también los cimientos de la muralla, además, en su interior hay habilitada una oficina de turismo y en la última planta un mirador con vistas a la ciudad.
Sin duda, visita indispensable durante un paseo por la ciudad.
A partir del siglo XV comenzó su desaparición al ser usada como cantera debido al crecimiento de la ciudad.
Construida en el siglo I, la muralla romana de Zaragoza protegía un amplio perímetro.