Monasterio de San Pelay

Curiosas y espectaculares ruinas, junto con San Bartolomé, visita obligada cuando estoy por esta zona. Aunque se puede llegar en coche por pista, merece la pena el paseo.
Pasado el camping de Gavín, cruzamos el río Sia y poco más adelante parte la pista a mano izquierda, seguirla hasta un desvío señalizado a la derecha y en pocos metros habremos llegado, no tiene pérdida.
La última vez que fuimos estaba cerrado con candado y solo lo pudimos ver desde fuera.

Un sitio muy bonito.
Estábamos de ruta y vimos el letrero, Monasterio de San Pelayo y fuimos a verlo. La verdad que me esperaba otra cosa, pero está bien. Hay un padrón muy grande donde descansar y paramos a comer. La puerta estaba con un candado y no se podía entrar. Sólo ver lo de fuera. Para el que lo quiera ver y le interese está muy bien. 👍

Ruinas de monasterio del siglo XI que servía de parada para los viajeros que transitaban por el Cotefablo. En aquella época se divisaba dicho valle y la Tierra de Biescas desde su ubicación privilegiada al haber menos vegetación por lo que servia también dw bastión defensivo. Aunque se puede acceder en coche, es muy recomendable ir a pie por los paisajes y vistas que el entorno ofrece.

Precioso lugar, lenta recuperación, no obstante vale la pena el paseo.

El monasterio de San Pelay de Gavín es citado en numerosos documentos de la Edad Media pero su ubicación fue desconocida durante siglos. En 1997 la Asociación Amigos del Serrablo comenzó cerca de Gavín los trabajos de excavación en los que afloraron los restos del monasterio
que permanecían enterrados. Actualmente pueden visitarse partiendo dirección Barbenuta y tras pasar el barranco Sía tomando una pista que asciende a la izquierda, hasta llegar a una cubierta verde que sirve de referencia al ser visible desde Gavín. Su origen es mozárabe o del primer románico, y fue abandonado en el siglo XI tras lo que fue cedido al monasterio de San Juan de la Peña.

Lo bonito es el camino, aunque es todo subida.
No hacer caso del tiempo indicado en los carteles de indicación, se tarda el doble.
Recomendable usar buen calzado.

Se puede entrar a ver las ruinas de cerca. Hay una pradera grande para descansar. No está muy concurrido, es una excursión de nivel medio.

Mencionar que está en ruinas y en fase de recuperación, a pesar de eso, merece una visita debido a su antigüedad y al paseo por el bosque que siempre es agradable.