Plaza de la Catedral

La plaza está preciosa ahora en Navidad hay puestos de artesanía en casetas de madera y un belén

Preciosa la plaza Alfonso II El Casto de Oviedo. La Plaza de La Catedral
«Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al siervo y deja al señor».
La Catedral de San Salvador de Oviedo tiene sus orígenes en la basílica mandada construir por el rey Alfonso II el Casto (791-842) bajo la advocación de San Salvador.
Tiene sus etapas románicas, góticas y barrocas. ¡Muy bonita por dentro y muy bonita por fuera!
Una de sus joyas, la Capilla de San Miguel (la archifamosa 'Cámara Santa'). Alfonso II el Casto, que siempre se consideró un “humilde siervo de Cristo”, mandó construir, en el siglo IX, la llamada Cámara Santa. Está formada por dos capillas superpuestas y sin ningún tipo de comunicación entre ellas. La inferior es la “Cripta de Santa Leocadia” y la superior la de San Miguel; nombre que le viene dado por el hecho de estar adosada a la Torre de San Miguel, edificación anterior a la misma y que es de los pocos vestigios que quedan del palacio de los reyes de Asturias.

Muy bonito. Lugar histórico por excelencia de Oviedo. La catedral gótica de Oviedo es un joya inacabada. Preciosa estatua de la Regenta accesible, el panteón de los reyes asturianos, etc. Muy aconsejable la visita.

Lugar emblemático, céntrico y con historia con la majestuosa catedral al frente y recomendable de visitar.

Preciosa catedral con esta buena mujer. Queda espectacular.

Situada en el casco viejo de la ciudad, la Plaza de la Catedral de Oviedo es un importante punto de referencia en la capital asturiana, donde se suelen llevar a cabo todo tipo de actividades, entre las que destacan mercados tradicionales, exposiciones y actuaciones musicales. Vale la pena visitarla tanto de día como por la noche.

La plaza de la Catedral de Oviedo es hermosa e histórica a partes iguales. Merece un paseo reposado y disfrutando de cada esquina, dell'arte, recodo, edificio. Un lujo.

No nos gustó en absoluto que hubiera emplazado unos caballitos que impedían ver en todo su esplendor la plaza y la catedral. Era todo un obstáculo.