Hospital de la Caridad
C. Temprado, 3, 41001 Sevilla, España
4.1
206 reseñas
8 comentarios
92M3+HR Sevilla, España
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Lunes: 10–14
Martes: 10–14
Miércoles: 10–14
Jueves: 10–14
Viernes: 10–14
Sábado: 14–18
Domingo: 14–18
Martes: 10–14
Miércoles: 10–14
Jueves: 10–14
Viernes: 10–14
Sábado: 14–18
Domingo: 14–18
Los interiores del hospital, dos patios con columnas y dos fuentes, adornados con azulejos en las paredes con motivos biblicos, es una preciosidad, y más adelante, se aprecian los enormes arcos de las Atarazanas Reales, ya que el hospital se construyó en una parte de dichas Atarazanas, aprovechando los arcos para la construcción.
La joya del edificio es la iglesia, con portada adornada con cuadros de azulejos en color blanco y azul y en el interior, cuadros de Murillo y Valdés Leal que son espectaculares.
El retablo es fantastico, con el entierro de Cristo presidiéndolo.
Es de las visitas obligadas de Sevilla
Tuvimos la enorme suerte de que uno de los Hermanos de este Hospital- Residencia para personas mayores sin recursos, nos mostrara una pequeña parte de su maravilloso interior. La próxima vez que vayamos a Sevilla, le pediremos con tiempo, que nos muestre el resto del Hospital de la Caridad.
La labor que hacen estos hermanos, es envidiable. Cuidar, ayudar, acompañar, leerles a estos ancianos sin recursos, que están solos al final de sus vidas.
Por otro lado, inimaginable todas las pinturas y arte que hay en su interior. Una autentica maravilla.
Antonio, muchas gracias por mostrarnos lo que haces por ellos.
Haciendo una temperatura exterior de más de 40 grados, los ventiladores de la iglesia estaban apagados. Por lo q la visita la iglesia, se hizo muy pesada y calurosa.
En comparación con el hospedaje de los venerables, le falta profesionalidad y mantenimiento a este lugar.
De buenas a primeras, Miguel de Mañara renunció a la vida que llevaba, pasando a servir a los más pobres. Este cambio trajo como consecuencia el que fuera considerado como una figura relevante en la Sevilla del siglo XVII.
Para poner en marcha este sustancial cambio, ingresa en la Hermandad de la Santa Caridad. Institución nacida para enterrar a los muertos ahogados, suicidados o sin nadie que les diera cristiana sepultura. El interés y desvelo que siempre demostró hacia los demás, así como su labor dentro de la Hermandad le llevaron a ser Hermano Mayor de la misma en 1663. A partir de este momento la Hermandad de la Santa Caridad fue ampliando sus instalaciones, permitiéndole atender a un mayor número de pobres y enfermos.