Museo De Juegos Tradicionales

El fin de semana visitamos el Museo de Juegos Tradicionales, que nos recomendó Ana, encargada del hotel Cotiella. Nos pasamos genial. Reímos, nos acordamos de niñez, interactuamos. Fernando es muy divertido, ameno y hace la visita con mucho pasion. Tres horas pasaron muy rápido y aún en la puerta continuabamos hablando. Un detalle la edad media de nuestro grupo es de unos 50 años, pero esto no nos empedido de disfrutar de los juguetes y del narrador. Recomendamos el Museo de Juegos Tradicionales al 100% y para todas las edades.

Curioso sitio donde nos explican la.procedencia de muchos de los juegos tradicionales que hoy conocemos , además hacen demostraciones de unos cuantos juegos e incluso nos enseñan a fabricarlos . Merece mucho la pena hacer la visita guiada por 1€ más y además la hacen super amena y entretenida . En fin que si pasáis por campo no dejéis de visitarlo

Una sorpresa, visitar este museo. Muy interesante, aunque se me hizo corto. No perdáis la ocasión de realizar la visita guiada. Fernando, el director del Museo, es un crack, sobre todo con la chavalería. Merece la pena estar un rato con él charlando, tiene un montón de información y anécdotas para compartir.

No solo es interesante la exposición, es quien lo enseña y como lo cuenta lo que lo hace digno de ver. Interesante para padres con niños, y todavía mejor y más recomendable abuelos y nietos.

Un museo muy interesante. La guia, fenomenal. Vale la pena visitarlo.

Visita muy interesante tanto para adultos como niños; unos para recordar su infancia y otros para ver los juegos o juguetes que tenian sus padres. Fernando es un apasionado de los juegos tradicionales y eso lo transmite de una forma muy amena y agradable. Muchas gracias Fernando por hacernos pasar un gran rato. Gran recuerdo nos llevamos.
Muy recomendable

Muy recomendable, interesante, curioso para mayores y pequeños. No es solo un espacio para mostrar algunos juegos tradicionales. Es una ventana a la sociedad de esas épocas y como las gentes utilizaban el juego para acercarse y buscar cierta libertad prohibida. Fernando Maestro, quien nos enseñó el museo, sabe incitar tu curiosidad y te hace cómplice en el entendimiento de los juegos, de su verdadero origen, y aunque seamos adultos siempre tendremos un resquicio de niños en nosotros.

Increíble experiencia la visita al museo. Lo mejor: la charla, demostraciones y explicaciones de Fernando, que consigue transmitirte la pasión por los juegos, su significado y su importancia y despertar en ti las ganas de saber más de ese mundo. Estuvimos allí casi tres horas disfrutando, que se pasaron volando. Gracias, Fernando, por la ilusión que nos hiciste sentir. Es una de esas visitas que dejan huella y que abre la espita...