Gran Venta Itálica Casa Venancio

Justo enfrente del conjunto arqueológico de Itálica, buen servicio, destacan los arroces, es mejor dejarlo reposar un poco después de que lo traigan. Los camareros son muy agradables, buen sitio para comer.

Después de una visita al Centro Arqueológico de Italica, uno de los mejores sitios para desayunar una buena tostada con jamón, para almuerzo tiene una buena carta, son especialistas en carnes a la brasa, el personal muy amable y atento,un trato familiar, muy recomendable, cierra por la noche no da Cena.

Comimos fenomenal, el conejo auténtico , la carrillada en su punto y la ensalada de perdiz, muy buena.

Entramos para desayunar, estaba todo muy rico , pero las mesas estaban todas sucias llenas de platos y las que estaban vacías igualmente estaban pringosas, las sillas también sucias de los pájaros.
Solo había un camarero en barra y para estar solo lo sacaba todo bastante rápido, no tuvimos que esperar.
Buen precio.
Repetiría siempre y cuando mejorare el tema de la limpieza.

Es un lugar aparentemente preparado para turismo, no nos gusta ni la carne ni el pescado, da la impresión de tenerlos congelados y lo sacan cuando los clientes se lo piden. Hemos ido en dos ocasiones y no pensamos regresar.

Visitamos hoy Itálica y nos acercamos allí a tomar algo fresquito. La atención maravillosa, y Silvia, la camarera que nos atendió, un encanto, no se puede ser más maja! Si la vida nos vuelve a traer a Sevilla, volveremos seguro!

La diferencia entre un restaurante y una tasca de mala muerte está en el trato al cliente. La desatención (el camarero o encargado estaba haciendo cuentas o atendiendo a pedidos y la barra vacía 20 minutos) o el mal tono es intolerable con el cliente.
La comida luego dará igual. No nos quedamos . Se sale a comer a un restaurante para sentirse bien y no mucho peor, que si vas ademas con ancianos es muy triste sufrir estas situaciones.

Bar-restaurante correcto. La comida está buena, aunque las he comido mejores a mejor precio incluso y los camareros correctos y educados. Le falta tener una carta de postres caseros y una mejor decoración al salón, que tiene muchas posibilidades. A destacar su ubicación, justo en frente de las ruinas de Itálica.