Casa Julio

Restaurante muy pintoresco con su terraza tan agradable y luminosa.
Las camareras muy simpáticas, eficientes y con gran disponibilidad para asesorar en los platos y entorno.
La comida en general bastante bien y buena cantidad, el lomo con salsa de almendras y el tomate aliñado, éxquisito! La patata a lo pobre con longaniza y morcilla asequible, demasiada cantidad a mí parecer. El vino, de su cosecha, muy bueno.

Relación cantidad-precio, de los mejores sitios en los que he estado. Todos los platos son caseros y abundantes. Las croquetas (gigantes) caseras muy buenas. El pollo con salsa de almendras muy bueno también. El plato Pampaneira bueno y abundante. El único defecto, la tortilla, que es francesa. Todos los platos vienen acompañados de patatas.

Recomiendo este sitio.

El restaurante tiene el 90% de las mesas exteriores, muy bonito montado, la comida exageradamente Generosa y abundante y muy buena.
La única pega es k al estar rodeado de flores hay muchas abejas, pero l@s camarer@s muy amables nos pusieron café para ahuyentar las.
Lo recomiendo al 200%.

Empiezo con lo positivo. Precio ajustado (menú diario a 10€ sin incluir la bebida). Muy buena ubicación y comida agradable en su terraza.
Como puntos a mejorar, la comida. Bastante mejorable todo excepto la ensalada que estaba muy buena, se notaban las hortalizas de huerto, y el arroz con leche. El cocido, a mi gusto, mucha patata y del resto poca cosa. La tortilla "española" me sentí un poco ofendido porque es una tortilla francesa de patatas a lo pobre... La esencia de la tortilla española es el grosor. Por último, las albóndigas con tomate no eran caseras.

Restaurante muy pintoresco ubicado al lado de la carretera y con una terraza donde se está muy bien, las camareras son muy majas y la comida es muy casera y abundante, ideal para probar los platos de la zona, comimos plato Pampaneira y sopa Alpujarreña.
Excelente relación calidad precio. Indispensable reservar

Platos deliciosos, buena calidad-precio y con mucha cantidad. Para dos personas, dos platos es suficiente para quedar más que satisfecho. El plato Pampaneira estaba espectacular y las croquetas de las mejores que he probado; muy grandes y con más carne que masa. Además está situado en un entorno privilegiado, estuvimos en la parte de arriba del local interior y las vistas eran una maravilla.

Hemos comido en este restaurante, hemos pedido un menú y un plato de pollo en salsa de almendras con una ensalada espectacular de frutas, la única pega ha sido las albóndigas que no han sido caseras y ha sido lo peorcillo de todo lo que hemos pedido. La tarta de queso casera muy rica.

Restaurante con muy buena ubicación y vistas, con precios razonables para la calidad y cantidad de sus platos. Tiene una terraza muy amplia en la que puedes ver la naturaleza de sus alrededores.
Recomiendo la sopa alpujarreña y el lomo de orza
El personal fue amable y agradable