Bar Requena El Tate

Viendo el resto de los comentarios sobre este bar me hace pensar que todos ellos son familiares y amigos. Sin duda puedo decir que es el peor bar al que he ido, llamamos a las nueve y media de la noche para preguntar si podíamos comer, advirtiendo que éramos 12 comensales, nos dijeron que sin problema que llegáramos en aproximadamente 20 minutos. Al llegar allí, nos impusieron platos a pedir, el cocinero salió de muy malas maneras gritando que no se podía poner a hacer 20 bocadillos, que lo que tenía era cuatro platos ya hechos y que si lo queríamos bien y sino puerta. Sin tener otra opción donde ir, dada ya la hora, tuvimos que acoplarnos en un bar sucio, en el que había hasta insectos bajo los platos. La guinda fue al final cuando por una ración de menos de un plato normal de casa nos clava casi 10€. No lo recomiendo en absoluto, mal trato, precios muy caros para una comida mediocre.

Sin dudar, un lugar el cual desviarse en el trayecto si vas por Córdoba, el trato exquisito, la comida espectacular, nos encantó la calidad de los ingredientes autóctonos. 5/5

Prácticamente inauguramos la nueva época de este estupendo sitio para comer al que llegamos un poco de rebote en ruta ciclista por la zona.
Excelente trato, comida de lujo (ensaladilla, salpicón, pescaito frito y secreto) y buen precio ¿qué más se puede pedir?
Merece la pena acercarse a probar. Volveremos.

A pesar de llegar fuera del horario de cocina , nos han atendido muy bien
Nos han ofrecido un salmorejo buenísimo y unos flamenquines espectaculares.
El joven camarero muy simpático y atento .

Nada recomendable muy sucio y pocos platos a elegir zota sin caballo ni rey no lo recomiendo

Maravilloso lugar, encantadora familia y comida que sorprende.
El chef Antonio Requena que más decir.
La familia propietaria te hace sentir como en casa, son estupendos, un amor

A pesar de que la comida está buenísima y la mujer mayor y su hija nos trataron muy bien, tengo que decir que nos llevamos un desencanto porque quisimos repetir para cenar a las 21h de la noche y uno de los trabajadores nos dijo que no hacían bocadillos, a pesar de que vecinos del pueblo sentados en la mesa de al lado nos confirmaban que si que hacían, pero que la abuela estaba fuera, y ellos no tenían ganas de trabajar. Nos levantamos y nos fuimos en busca de otro bar, y a los 15 minutos aparecen 2 chicos en un coche, eran los chicos del bar, para decirnos "dice mi madre que si queréis os paséis que os hace de cenar" a la respuesta mía de "me has dicho antes que no hacíais bocadillos" me responde "es que pensaba que era más tarde". En fin, muy poca profesionalidad por parte de ellos, y eso ha hecho que no volvamos más.

Una atención exquisita una amistad duradera un trato magnífico la comida de grandísima calidad casera y artesanal... Recomendaría sin dudar muchísimo este bar a todos los amigos y familia y a todo el mundo muy buenos precios y asequibles conforme la relación calidad-precio