Venta La Parra

La venta, una preciosidad. Decorado rústico con una chimenea al fondo del salón.
Los camareros muy agradables y atentos.
Con respecto a la comida, pedimos lo típico, migas, plato de los montes...
Pero tengo que destacar la paletilla de cordero al horno. Madre mía, que plato más rico.
Lo mejor de los postres, la mouse de limón, para repetir!

Se encuentra poco antes del pueblo, subiendo desde Vélez Málaga, en la parte izquierda de la carretera. Con una terraza en la entrada, una barra, un salón de invierno y una terraza con unas vistas preciosas.

La comida está espectacular, hemos pedido para compartir carne de caza (ciervo) la salsa tenía un aliño buenísimo que te transporta al mundo árabe, las albóndigas mixta de cerdo y ternera muy buenas y las migas espectaculares, es la primera vez que las pruebo con granada. De entrante pedimos unas aceitunas que las aliñan ellos mismos de sus propios olivos y la verdad es que están muy buenas.

Los mejor de todo la educación y el buen estar. La facilidad para todo y lo mejor de todo y creo que poreso las cinco estrellas, es que te hacen sentir como en casa. Eres su huésped y no un cliente.

Gran calidad en la comida y simpatía en el servicio. No deja de ser una venta familiar y si está lleno, se nota en la rapidez, pero eso no quiere decir que tengas que esperar mucjo más que en otros sitios. Además, te ofrecen aceitunas y pan de pueblo con alguna salsa para hacer más amena la espera. Conejo a la brasa, ibérico, carne de caza, magníficas ensaladas... Hasta la sopa de picadillo esta espectacular. Mis hijos rebañaron los platos... Desde la terraza posterior tiene unas magníficas vistas.

Sin duda el mejor sitio de la zona para comer, buen servicio, gran cocina. Siempre que venimos a Alcaucin no fallamos a nuestra cita.

Muy bueno todo y muy recomendable ,la atención es muy familiar ,la comida estupenda un acierto seguro ,pedimos tabla de chorizo y morcilla ,croquetas ,ciervo y conejo .Mención especial a las croquetas caseras y muy buenas y el conejo estaba de chuparse los dedos

La atención fue pésima. El camarero muy mal educado, no nos quiso atender por tener 3 perros inofensivos, nos sentamos en la terraza y de muy malas formas nos dijo que ahí no se acercaba desde la puerta. Porque si ese camarero nos hubiera explicado amablemente que les tiene miedo, tan sencillo como eso, lo hubiéramos entendido (pero eso no implica que nos nos atienda). ¿Usted cree que si mis perros fueran agresivos yo podría llevarlos por la calle o incluso sentarme en un bar a comer? Además usted como propietario no estaba allí presente para decirnos ahora que somos unos mentirosos. Y si sabe que su camarero les tiene pánico, que hubiera venido otro camarero a atendernos porque perdone, pero solo queríamos comer en su venta, después de una caminata por el campo, no tirarle los perros a la cara. Y no nos tache encima de mentirosos, eso es actuar de mala fe y como propietario deja mucho que desear. ¡Educación señores es tan sencillo! Y si os molestan los animales pues poned un cartel en la puerta de admisión y solucionado el problema. Por gente así se echan los negocios a perder. Porque nosotros con toda la educación del mundo entramos para preguntarle si nos iba a tender.

Un sitio magnífico para comer. 100% recomendable. Comida deliciosa y tradicional. El restaurante está decorado de forma rustical y tienen una terraza con vistas estupendas. Lo mejor de todo es el estupendo y amable servicio.

Nos ha encantado comer ahí. No lo conocíamos pero nos ha llevado un amigo y la experiencia ha sido bastante buena. Buena comida y trato excelente. Las vistas espectaculares. Lo mejor, el postre: baklava casero que hacen allí y que es de los mejores que he probado.