Mesón Puerto Carretero

Muy buen lugar parada de paso de un viaje hacia Madrid buenas tapas de acompañamiento a cervezas buena atención sin duda. Muy limpio

El lugar es el típico garito de carretera para llenar el buche. Produce sensaciones encontradas. Lo bueno es la simpatía del personal y el buen ambiente que se nota entre ellos. Da gusto. Pedí un bocata de morcilla con una morcilla que estaba rica y el tamaño del bocadillo era desproporcionado. La calidad del pan, buenísima. Lo malo es que no llevan mascarilla y no parece importarles que se les critique ésto, porque veo muchas críticas que dicen lo mismo y cuando yo estuve, lo mismo. El precio del bocata, muy alto. Crees que te va a costar el precio que pone en la carta y luego cuesta un euro mas porque está tachado, pero es que TODOS están tachados y simplemente crees que ese borrón azul es un adorno en el número que indica el precio. El precio real es un número abajo en la carta. Los precios de las bebidas también muy altos. Un bocata, aunque sea grande, y dos bebidas, nueve y pico euros. Insultante.

No están preparados para intolerantes al gluten y no tienen pan apto a fecha de esta reseña.

El lugar en si es acogedor. Muy de barrio, aunque en realidad sea un local de carretera.

No estaría mal sin esos precios desproporcionados y que los que aquí trabajan cumpliesen con la mascarilla al igual que quienes entramos. Y si, yo también la tengo que llevar todo el día en mi puesto de trabajo aunque no me apetezca.

Una comida riquísima , el trato buenísimo y la chimenea encendida para dar calor de hogar. Los postres riquísimos . Hemos comido un menú es una para de viaje y vamos a guardarla para las sucesivas. Genial ¡¡

Acabamos de pasar, decía abierto en Google y está cerrado. Por favor revisen horarios.
Lo bueno es que hemos acabado en la cafetería de al lado, El rincón de Pepe y está muy bien.

Muy amables, simpáticos y serviciales. Hay que pedir el jamón braseado por que está de muerte

Muy buena la comida, un encanto el personal y la atención sobretodo María, siempre con una sonrisa. Lo recomiendo, relación calidad precio muy bien.

No era ni las 13:30 cuando paramos a comer, nos dijeron que no tenían mesas porque estaban todas reservadas a todas horas y estaba todo vacío. El camarero repetía una y otra vez a otras personas que entraban que "a 100 metros tenéis otro restaurante". No parecía tener muchas ganas de ganar dinero. Y por cierto, tampoco vayáis al otro restaurante porque el servicio es pésimo. Al menos los baños estaban limpios.

Paramos a almorzar con nuestros hijos y nos encantó todo: desde el trato del dueño y personal, hasta los platos caseros del menú que estaban riquísimos y a un buen precio.
Sin duda recomiendo su profesionalidad, simpatía y generosidad en el servicio y calidad.
Ya sabemos dónde parar cada vez que salgamos de ruta.Gracias por todo!! Ojalá todos fuesen así.