El Corralín de Campanal

He venido con mis hijos en agosto del año 2021, de bicicletas, pero hay tremendas cuestas para llegar 🤭. Sitio muy acogedor bonito y limpio, gente muy maja con muy buenos tratos. Comida de primera calidad. En fin, todo excelente, volveremos, eso sí seguro. Gracias

Ubicación excepcional, comida increíble y trato excelente. Hemos comido varias veces y la verdad es que cada día ha sido buenísimo. Todos nos han tratado como si fuéramos de la casa desde el día 1.

Situado en un pueblo con acceso un poco complicado, ya que se sube por una pista estrecha y empinada. El local está muy chulo, es una antigua cuadra restaurada con mucho gusto. La cocina esta entre los dos comedores, es abierta y toda la decoración del local muy rústica. En esta ocasión nos decantamos por el menu porque tenia muy buena pinta y no defraudó, cantidades generosas y comida rica. El servicio bien, volveremos a probar la carta, porque promete. Se puede subir caminando desde Piloñeta en un agradable paseo de una hora, hay una senda chula para hacerlo.

Está en un sitio espectacular. Y el pueblo está muy cuidado. Comida casera (el codillo se deshacía en la boca 🤩) y café de puchero. Incluso para tomar unos vinos merece la pena ir.

Quedamos encantados!! Sitio original, precio acorde con la calidad del servicio y los productos. Personal super atento y profesional.
Sin duda volveremos!

Fuimos 8 adultos y 5 niños. Tomamos una cerveza perfecta de temperatura en los bancos que tienen disponibles fuera mientras preparaban la mesa. Para comer, menú. Fabada y Pote de primero. Exquisitos. De segundo Pitu caleya, Codillo y Cebollas rellenas de bonito. Todo espectacular!! Cocina tradicional bien hecha, con mimo y tiempo, como requieren estos platos. Y el servicio de 10. Súper atentos y amables, tanto en la barra cuando llegamos como en la mesa. En definitiva, sitio al que volveremos sin duda y que recomendaremos a cualquiera que nos pregunte.

Menu del dia casero, cantidad justa y calidad y sabor muy altos. Merece la pena visitarlo sobre todo con visitas, la ubicacion es sorprendente.

Comimos un par de familias con niños, la comida típica del lugar, un precio inmejorable y el servicio atento, no teníamos reserva y no tuvieron problema en montarnos una mesa. El entorno es muy natural. Totalmente recomendable.