La Casona de Briviesca

Estuvimos alojados allí once días durante el mes de octubre y principios de noviembre. El resultado de nuestra estancia fue muy positivo.
Nos dieron dos habitaciones interiores, dan a un patio y al jardín.
Las habitaciones son bonitas y están cuidadas. No tuvimos problemas con el agua caliente.
La insonorización es el único punto a mejorar.
El trato fue muy bueno. Atentos y amables siempre estuvieron pendientes de que estuviéramos cómodos.
Muchas gracias.

Sobre el hostal.

Me Gustó · La habitación es grande

No me gustó · La insonorización es nula a través de las ventanas que dan a una calle principal: peatonal los fines de semana y arteria principal de carga y descarga durante la semana. Se oyen los pájaros de la calle desde las 7.30h, los paisanos bebidos los fines de semana, la carga y descarga desde las 7.30h, la limpieza de habitaciones desde las 8.30h. Al haber convertido en peatonal la calle los fines de semana no puedes acercar el coche con las maletas, tienes que aparcar donde puedas fuera del perímetro e ir andando

Fuimos un grupo de 40 y el servicio exquisito manteles de hilo buena comida rápidos atentos maravilloso repetiremos

El local estaba vacio y nos ha echado un poco para atrás pero..... Muy bien! Un menú normal que estaba todo bien, quizás como crítica constructiva, diría que las carrilleras podrian estar más hechas y tiernas pero estaban buenas. Una atención excelente por parte de la camarera.

Un sitio que tiene un local bonito pero que huele a cocina... Nosotros comimos en una terraza cubierta con algo de frío (apago la estufa). Los platos de raciones no estaban mal y los precios son muy razonables. Os recomiendo la morcilla... Quice probar la caldereta de cordero pero no les quedaba, que es el plato que aparece en la foto del restaurante... Por lo tanto, llamar antes..

El establecimiento es bonito, camarera que nos atendió fue super amable y atenta, además de servirnos muy rápido.
Comimos de menú y la comida estaba rica.
Muy contento

Llegamos a comer 10 personas, cierto que no habíamos hecho reserva, pero de primeras no se nos puso ninguna pega para comer, más bien al contrario, nos prepararon mesa y una vez sentados, el camarero, nos tiro las cartas y nos dijo que había que hacer reserva , se le dijo que si le molestaba o le parecía mal nos íbamos, y nos contestó de muy malas maneras que hiciésemos lo que nos diera la gana. Evidentemente nos levantamos y nos fuimos. El restaurante estaba prácticamente vacío y eran casi las tres de la tarde. Horrible el trato, el servicio y el mal trago que nos hizo pasar a toda la familia.

Los muelles de la cama se te clavan mientras escuchas hasta cuando camina el de la habitación de al lado. No hay televisión y el baño compartido no tiene ni gel para ducharte. Telas de araña en las paredes. A pesar de tener restaurante, no hay opción de desayuno ni cena. Abre solo al mediodía.
Es caro para lo incómodo que es. Sobre todo si añades la sesión de fisioterapia que necesitarás cuando salgas.