Restaurante Bar Hotel San Francisco (la fonda)

Comida estupenda pero me he alojado en la habitación 10, la suite, y la ducha, mal instalada, vierte mucho agua para fuera. Esto ha provocado que la puerta esté hinchada y alguna cosa más esté estropeada. Es el único motivo por el que pongo poca nota. Por lo demás, está la habitación limpia y agradable. Por cierto, tienen un “armario” que podrían montarlo mejor porque es ajustable todo pero no se puede colgar nada porque pega en la parte de abajo. Tiene muy fácil solución pero hay que hacerlo.
Espero que mi comentario sirva para mejorar sus instalaciones.
Saludos

Es muy difícil que ponga 5 estrellas. El lugar me encantó, la señora que nos atendió fue muy correcta y amable y todo lo que pedimos estaba buenísimo. El rabo de toro exquisito, las setas muy buenas y el postre espectacular. Fue una serendipia.... buscando otra ,encontramos está maravilla. Recomendable a tope.

Muy buena comida. Alcachofas buenísimas, ensaladilla también y sorprendente brioche de oreja (eso si, la textura de la oreja es blanda pero está exquisita). Volveremos

Sorprendente al mismo tiempo que esperado. Elisa y Rubén siempre nos tratan genial... los platos suculentos y está vez nos han sorprendido los postres. Enhorabuena por vuestro trabajo... y del vino ni comentó... una delicatessen de autor.

Se lo recomendamos a unos amigos que fueron a Cuéllar porque era en su día un sitio genial.
Salieron decepcionados,comida escasa y cara,no tenían lechazo (antiguamente siempre había),el pan carísimo y el único vino que había (el de la casa)malo.Enfin hemos quedado con nuestro amigos muy mal.No volveremos.

He leído cosas terribles sobre este sitio, y mi experiencia está muy lejos de eso.
Servicio rápido, atento y profesional. Fuimos a comer un dentro semana, y todo fue de maravilla. El hojaldre de puerros está buenísimo, muy bien elaborado. El rabo de toro deshuesado con lascas de carne de membrillo es una exquisitez. La codorniz estaba muy lograda. La carta de vinos es muy interesante, con oferta de vinos de la villa de Cuéllar imposible de encontrar en otro sitio. Pedimos un coupage de tempranillo y syrah que resultó una extraordinaria sorpresa, de notable alto. Los postres son originales pero, a mi entender, el bizcocho de ruibarbo está algo fallido: se nota el contraste entre el dulzor y la acidez propia del ruibarbo, pero le falta algo para rematar la faena.
En definitiva, yo lo recomiendo. Es posible que para algunos las raciones sean algo justas (comentario que he visto repetido varias veces).

L@s camarer@s de sala más jóvenes son prepotentes ,mal educados y poco profesionales.Pedimos mollejas de lechazo y cuál fue mi sorpresa,entre esas exquisitas mollejas estaba la cayena (brava como un miura) la cual acabó en mi boca.Le sugerí a Diana,el camarero varón, que la cayena deberían retirarla antes del emplatado,pues si un niñ@ o alérgic@ se la toman por no distinguirla,como a mi me ocurrió, tendrían un problema.Su respuesta fue que así lo hacían de toda la vida y no se les había muerto nadie🙄🙄.Yo les diría que plan las formas y evolucionen,pues igual no se les ha muerto nadie,pero les han amargado la comida.

Para empezar no hay menú entre semana. Comida escasa y cara. Nos han puesto agua de grifo filtrada y nos la han cobrado. Nos han puesto pan sin preguntar y nos han cobrado 7.60 por 4 trozos . Estaba bueno pero no lo recomiendo. No sale a cuenta.