Bodega Sigüenza

Nos ha encantado. La carta es escueta pero todo muy apetecible, según vas probando un plato el siguiente lo iguala con una calidad y unos sabores espectaculares. No puedo recomendar algo concreto, todo fantástico. La camarera muy simpática y atenta. Matrícula de Honor.

Nos lo recomendaron Juan y Antonio del Hotel Cardamomo y no nos defraudó. Cogimos el menú degustación, compartimos los platos para probarlos todos !!! Excelentes por su cálidad y su elaboración y no escatiman en la cantidad. El servicio impecable. Carmen nos pareció una gran profesional con lo joven que es y fue encantadora en todos los sentidos.

La atención ha sido de 10 en este caso, por parte de la camarera. Calidad-precio está genial, pero para mi gusto ha faltado una cosa que echaría de menos cualquier celíaco/ sensible al gluten, el pan sin gluten y algo más de variedad en los entrantes (sólo optaba a una ensalada, que hay que decir estaba buenísima).

La comida estaba buena pero no te sorprende. Pedimos el arroz meloso y los raviolis de rabo de toro y nos los esperamos con algo más de sabor. La decoración y el ambiente es agradable.

Sitio con platos impresionantes. Muy buena relación calidad/precio. No dejes de probar la falsa lasaña y el arroz meloso de carrillera. La tarta de queso brie con toffee es una muy buena opción.

Todo lo anterior, una Cocacola, botella de agua, café e infusion: 44'65€

Local pequeño pero decorado con gusto. Servicio atento.

Local muy céntrico en Siguenza. Comida increíblemente buena. Tomamos las típicas migas y ensalada de rollitos de roast beef rellenos de berenjena. De segundo tomamos timbal de cordero y raviolis rellenos de costilla de vaca. De postre mouse de piña y coco y tarta de cítricos. La verdad, un acierto.

Lugar agradable y la comida muy buena.
La carta no es muy extensa.
El servicio un poco lento y eso que éramos pocos en el restaurante

Comida buenísima, trato excelente. Una carta escueta pero suficiente para los que nos gusta comer bien y probar cosas nuevas. Cuando fuimos no tenían música y estábamos solos, eso hacia que el ambiente del restaurante fuese un poco incómodo para hablar entre nosotros, además se escuchaba incluso la campanilla del microondas, cosa que no nos gustó nada, que en un restaurante con un tipo de cocina así pudieran usar tal electrodoméstico. Esperemos que no lo usasen para ninguno de nuestros platos porque sería una pena y un desperdicio.