Mesón Maese Pedro

Éramos un grupo de unas 30 personas (no perfil despedida ni ruidosos) bastante respetuosos. Nos trataron un poco como poco prioritarios y un poco bordes al principio. No sé si es la gracia de la gente de allí o qué no les gusta trabajar tanto , pero ese día hicieron caja por nosotros. La comida autóctona pero tampoco nada especial para volver a ir 👎🏽

Magnífico lugar para comer cerca de las Lagunas de Ruidera. Nosotros fuimos recomendados por la dueña de la casa rural. Mi mujer pidió un día antes por teléfono, si podían hacernos la receta de migas sin ajo, y no pusieron ningún problema y eso que es una receta costosa de hacer y solo era para nosotros 3. Nos lo hicieron sin dudarlo, fuimos con una perra también y nos dieron la opcion de comer fuera en la terraza. Recomendable al 100% tanto por el trato, la comida y por la relación calidad-precio. Sin dudarlo cuando volvamos a venir a esta zona, repetiremos a la hora de comer.

Un amigo me llevo hace años y me dejó tan buen recuerdo que volví a compartir mesa con amigos. Trato muy excelente y variedad de comida local.
Volveré a seguir degustando y poder disfrutar del entorno cercano

Sitio recomendable para comer, pondría una pega, las cantidades son un poquito justas, la guarnicion que te ponen con las chuletillas por ejemplo, resulta un poco triste. Quitando temas cantidades lo demás muy bien, comida de siempre muy buena y precios a la altura. Eso sí, avisar a todo el que vaya, NO SE ADMITEN PAGOS CON TARJETA. Como el Mesón está tan escondido no llega la cobertura ni para móviles ni para datáfono. Tienen unas hamacas de árbol muy chulas fuera, una forma original para que los niños..... Y no tan niños se entretengan un ratito. Sin duda un sitio muy ideal para ir en cualquier época del año, pero sobre todo en invierno, con su chimenea, súper acojedor ; )

Un sitio muy recomendable. Un sitio con mucho encanto y acogedor. Nada más que llegar te encuentras las tumbonas de tela, entramos al salón y estaba la chimenea encendida.
Todo el personal muy amable y siempre en las preguntas de las comidas nos la detallaban y recomendando.
Toda la comida exquisita.

Nuestra experiencia en este restaurante fue corta.

Paramos a descansar casi terminando una ruta senderista. Nos comimos un bocadillo que había contratado la agencia de viajes.

Muchos no quisimos comernos un bocadillo casi a la hora de comer ni antes de terminar el paseo. Me comí solamente el relleno, que estaba muy bien.

La cerveza fresca, sin tapa, el pan muy bueno.

El local estaba limpio y atendido por varias personas muy amables y serviciales, teniendo en cuenta que estaban muy atareadas en ese momento.

Por la carta se deduce que allí se debe comer bien.

La terraza y el parking, muy bien.

Comida tradicional de la zona. Servicio rápido a pesar de estar lleno el restaurante. Postres caseros muy ricos. Atención, porque no admiten pago con tarjeta. Te puedes echar la siesta bajo los árboles en las hamacas que han puesto para los clientes.

Me encanta la terraza de este sitio, con su porche, su amplio aparcamiento, sus hamacas colgantes, al lado del río y aislado, en pleno campo. La comida variada, típica y moderna. El menú ha subido demasiado el último año. No aceptan tarjetas