Boira Restaurant

Fuimos de visita a Girona y paseando encontramos este restaurante ubicado en la plaza de la Independencia. Tienen variedad de tapas, raciones y platos. Tapas y bebidas variadas. La atención la verdad es que excelente. Servicio muy rápido y todo el personal super atento. Volveria de nuevo sin dudar.

Increíble y sin ninguna duda será de los sitios que visitare de nuevo. La comida increíble, un menú de 19'50€ para un domingo calidad precio muy top. La única pega es que entre primero y segundo han tardad un poco, pero totalmente comprensible estaba lleno, y los segundos que hemos pedido, requerian tiempo. Una comida increíble con las vistas increibles al río.

Servicio lento, caótico y platos muy escasos para el precio pagado.

Poco recomendable, mucho que mejorar.

Lo único destacable era el ambiente de la plaza.

Los mejillones un poco malos, habían varios rotos y feos, las otras cosas no están mal, precio un poco por encima, pero no está mal, del 1 al 10 un 5.

Però fui muy bien atendido por los camareros.
Saludos

Muy buen restaurante con un interior precioso sobre el rio. Muy buen contraste de sabores acertado gracias al impecable servicio y amabilidad de Grace, ni la mascarilla le saca la sonrisa!
Soy celiaca y todo el equipo de El Boira lo han dado todo para que mi comida haya sido de 10.
Volveremos. Muchas gracias!!!

Restaurante con muy buen ambiente al lado del rio. Principalmente personal muy amable, servicial y profesional.
Disponen de carta y menú, se describen com un bar de tapas, pero también hacen muy buenos platos caseros.
Nosotros personalmente escogimos el menú del dia y fue una difícil elección ya que todo tenia muy buena pinta.
Finalmente escogimos los pinchos del dia, el arroz del senyoret espectacular y el canelón de espinacas. Todo riquísimo.
De postre el pastel de queso.
Buena calidad precio!
Para repetir y recomendar a todo el mundo.
Muchas gracias y a seguir así El Boira Restaurant!!!

Fuimos un grupo de 8 amigos a solicitar mesa para comer hace 3 días a las 13,30. Un camarero nos dijo que tendríamos que esperar al menos 45 min. cuando la terraza tenía sólo un par de mesas ocupadas y el interior del local estaba vacío. Nos quedaron ganas de hablar con el encargado porque realmente parecía que lo que había eran pocas ganas de trabajar. Comimos en otro restaurante cercano y al marcharnos nos fijamos y vimos que la situación era prácticamente la misma. No se nos ocurrirá volver a solicitar comer ahí.

Un servicio muy bueno, el metre muy agradable y simpático, pero el trato de la camarera fue genial y muy atenta, el menú de "flors" muy bien preparado y pensado, un acierto la verdad, quizas por poner una pega, los baños muy estrechos y no estaría mal una reforma, pero el restaurante estaba muy limpio.