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Desafortunadamente no fué una buena experiencia. A la vista, platos bien presentados; pero la comida estaba fría y tampoco pusieron pan. Espero que pueda mejorar, porque el sitio es bonito.

En efecto el local es muy bonito. Desafortunadamente la comida deja mucho que desear, muy insulsa, plana, creo que le tendrían que dar una vuelta a los platos y quizás tener menos opciones y de más calidad y realmente “casolà”. Por precio está bien, es económico, pero no volvería. Por 2/3 euros más hay menús mucho mejores por la zona. Una lástima porque el trato es muy bueno, nos trataron muy bien.

Súper recomendable, el menú muy bueno variado y abundante. El pollo buenísimo con patatas fritas caseras. Los postres son caseros y muy buenos.
Tienen también muchas opciones sin gluten.
Sí lo quieres llevar a casa también tienen la opción y con precio muy ajustado.
¡Volveremos cuando estemos por la zona seguro.!

Lugar muy familiar, cuan buen trato y buena comida casera.
Postres caseros 😍

Un trato estupendo, muy agradables y atentos. Tienen un muy buen vino para acompañar la comida (Mas petit de Parés Baltà). El menú muy variado y muy bueno. La cantidad era perfecta. Hemos pedido de primero lentejas y de segundo lasaña d verduras, hamburguesa con patatas (nos dieron all i oli de ajo negro) y butifarra con manzana. De postres elegimos una tarta d chocolate, tarta de mató con miel y empedrat de poma (similar al apfelstrudel), los 3 increíbles! Calidad-precio estupenda. Y en cuanto a limpieza todo bastante impecable. Lo recomendamos.

Lugar tranquilo para desayunar. También hacen menú, pero no puedo opinar porque no he comido nunca. El precio del desayuno es de los mejores de Vilafranca.

Todo buenísimo siempre tienen opciones variadas de verdura y los platos son realmente sabrosos y totalmente caseros al igual que los postres en la foto pastel de zanahorias y mascarpone

Paramos a comer volviendo a casa desde Francia. Por el camino busqué algún pueblecito que quedara cerca de la autopista y encontré que llegaríamos a Villafranca sobre las 14.30. Vi que este sitio estaba bien valorado y llamé. Sin ningún problema, nos reservaron mesa y nos dijeron que, si había algún retraso debido al tráfico, nos esperaban. Al llegar encontramos un salón fresquito en plena ola de calor, comida casera, buena y barata y un personal súper amable. Todo esto, a dos pasos de la basílica. ¿Qué más se puede pedir?
Lo recomiendo totalmente.