3 Portes

Pequeño restaurante, acogedor y con una gran atención. Los platos están cuidados y se nota que le ponen mucho cariño en lo que hacen. Fuimos recomendados por unos amigos y no nos decepcionó. El precio ronda los 40€ por cabeza, pero merecen la pena. De primero compartimos unas tostadas con humus y verduras, y unas almejas a la marinera. Los platos muy ricos, daba gusto ver a los peques mojando pan en las almejas. De segundo, steak tartar, tataki de ternera y tataki de atún. El steak tartar en su punto, y cortado a cuchillo, los tataki, cada uno con su estilo y muy tiernos. Todos los platos eran muy completos, no nos quedamos con hambre. De postre los peques escogieron crema con manzana caramelizada y croquetas de chocolate negro con salsa de chocolate blanco, disfrutaron mucho, todos lo hicimos.

Bajábamos de Tavascan, y preguntamos a más donde ir, nos llevó al 3 portes, y acertó de lleno
Un lugar muy limpio un servicio genial y atento
Los platos generosos tanto en el ingrediente principal como guarniciones.
La decoración con gusto

Unas bravas buenisimas, auténticas, y el plato de jamón altamente recomendable. Estaba todo muy bueno, le falta una estrella porqué el pulpo estaba un poquito duro, que ya se sabe que a veces puede pasar…. Nos pusieron un par de tostaditas de aguacate y sardinas como aperitivo gratuito, pocos sitios quedan que lo hagan! Es de agradecer!!

Un acierto total. Recomiendo las croquetas y los tatakis, así como el canelón. Aunque nos hubiera gustado pedir toda la carta porque todo tenía una pinta excepcional. Han sido muy amables en el trato y atentos. Para volver, desde luego.

Hemos llegado por casualidad a este acogedor restaurante, es como una casita. Toda la carta tenía una pinta excepcional y nos ha costado decidirnos. Hemos optado por el surtido de croquetas (que te dejan personalizarlo!), muy destacables las de tinta de calamar. Rissotto de gambas, con un intenso sabor a mar y pata de pulpo, no solamente tierna y fina sino que con una presentación muy colorida que entra por los ojos. Para rematar la noche: tarta de queso con frutos rojos y un tiramisú que te deja sin palabras. Además, cuentan con un fantástico menú de mediodía entre semana. La camarera es una gran profesional: atenta, simpática y veloz. Sin duda alguna, ha sido un gran descubrimiento! Volveremos.

Lugar muy bonito. Aire acondicionado y sillita para niños. Bueno, bonito y a buen precio. Croquetas muy suaves y tataky en su punto.

Se puede decir más alto pero no más claro, este restaurante es Increíble, pequeño restaurante instalado en la planta baja de un chalet, pequeño aforo pero inmensa calidad de comida.

Nos trajeron un entrante cortesía de la casa hecho con berenjena, tomate, queso de cabra y cebolla frita que sabía fenómenal!

Unas bravas junto a un canelón de magro y foie perfecto también.

Y el plato fuerte fue un bacalao exquisito con una cuidadosa presentación junto a un chuletón de más de 1Kg, que estaba para morirse ahí mismo.

Precio más que justo para una comida difícil de encontrar en la Seu. Mis dieces.

Buen restaurante, buen producto a un precio correcto.
Recomendable si se está por la zona.