Restaurant Casa Pastora

Pocos restaurantes en el Pirineo te sorprendran como este pequeño local. Nada mas entrar ya te das cuenta de que todo va a ir bien. La limpieza, la decoracion, las vistas desde sus ventana...
Negocio 100% familiar con madre en la cocina e hija en la sala. Un menú diario de 20€ espectacular con una calidad de 10 hasta en los pequeños detalles (cata de 2 aceites ecologicos, el pan, el vino de Campo de Borja, los tomates cherry de la guarnicion, la musica de ambiente..). La carta tambien espectacular. Se que esta crítica me va a perjudicar porque me costará mas coneguir mesa en adelante, pero esta família se lo merece por lo bien que lo hacen.

Restaurante pequeño y acogedor. El menú y carta muy variados. La comida esta muy muy rica, de calidad y casera. Repetiremos seguro!

Fuimos mí mujer y yo un día entre semana a mediodía. La sorpresa fue muy grata ya que nada más entrar observamos que es un restaurante familiar, regentado por madre e hija (encantadoras), y con unas pocas mesas.
La comida de una calidad excepcional, tanto por el producto en si como por su elaboración.
Platos casero, elaborados con mimo exquisito. Con cantidades más que adecuadas a un precio más que correcto.
La atención simplemente sobresaliente, nos hicieron sentir como en casa.
Volveremos aunque nos pille un poco lejos.

La comida brutal, en un entorno mágico y combinado con unos anfitriones fantásticos, para repetir. Muchas gracias por el dia de ayer con mis hijas

Bonito restaurante con un menú muy elaborado y riquisimo.
Personal muy amable.
Estuvimos comiendo el miércoles y repetimos el viernes, cuando volvamos a la zona repetimos seguro.

Excelente. Nuestro restaurante de cabecera en el Pirineu. Súper recomendable por su elaborada comida, excelentes vinos, aceites de groumet, admiten mascotas y especialmente por el trato. Magníficas personas. Si lo probáis Repetiréis seguro 😉

Insuperable. Un 10. Muy buena atención, pero lo más importante que es la comida,un disfrute. Recomendable para todos los que estéis por la zona.

Llegamos a este sitio por casualidad y comimos fenomenal.
Es lugar es pequeño y acogedor, con un trato muy cercano y agradable.
La comida buenísima.
Ese día no llevamos a nuestro perro pero nos dijo la persona que nos atendió que si se podía aunque fuese interior.
El día que fuimos comimos porque llegamos pronto pero luego todas las mesas se llenaron así que creo que es mejor reservar.