Restaurant Ca la Iaia

Un sitio precioso para almorzar y comer en medio de la naturaleza y arropado por las montañas de Montserrat, parada motera obligada. Un servicio excelente y un trato que te hace sentirte en casa de la abuela cómo su propio nombre indica. Con una carta de cocina catalana en su máxima expresión.

Si eres motorista y vives en Cataluña, conoces perfectamente, o ha oído hablar de este restaurante: CaLaIaia, de hecho, la carreta de curvas que te lleva hasta allí, muchos la conocemos como la carretera de CaLaIaia.
Qué decir de este hogar motero, pues eso, un lugar donde reponer fuerzas después de gozar de una buena carretera de curvas y meterte entre pecho y espalda una torrada de pan con lo que más te guste. Hay buena variedad de bocadillos, torradas y platos para desayunar.Los precios siguen siendo razonablemente buenos. La camarera es muy simpática y atenta en todo momento.
Ya sabes! Parada obligatoria si “curveas” por allí!!

El sitio muy bonito son como cuevas y con su fuego a tierra le da un toque muy acogedor y entras en calor, afuera está muy bonita la terraza y la comida está buena y bien de precio lo único que para los que no le gusta los animales mejor que no vayan porque tiene un perro y dos gatos dentro paseándose por el comedor. A mi no me molestaban yo tengo un perro Pero queda avisado.

Lugar tipico de los bikers, es un sitio que visité hoy por primera vez y ha estado a la altura de lo que me habian contado. Eramos un grupo de 10 y nos han tratado muy bien.
La comida excepcional, las galtas de porc con patatas asadas buenisimas y el allioli y crema catalana tremendas. Lo recomiendo , es un acierto si o si.

Buen sitio, fuimos varios amigos para desayunar y yo me pedí un cafe con leche, además de dejarte más leche al lado por si querías rellenarte, y unas torradas de pan con lomo queso que podéis ver en la imagen. Todo por 7,50.

Muy buen ambiente y el servicio muy atento y simpáticas. He comido torrada caliente de morcilla negra y estaba muy buena y bien hecha. Precios razonables.

Soy motero y fui a comer con mi pareja. Nos atendió una señora malhumorada, q no acerto una en todo el servicio. Nos dejamos 58€ en la comida, y la verdad es que dejaba bastante que desear. La ensalada escasa y hecha sin cariño, el pan con tomate mal untado y sin aceite. El pollo estaba pasable. Cuando pedimos para aliñar la ensalada y el pan, nos llega la vinagrera llena de mosquitos en su interior. Me fui para cambiar la vinagrera por otra y las demas estaban igual. En fin... un lugar bonito antaño, y ahora muy descuidado. No volveremos.

Experiencia algo agridulce en un restaurante que si bien goza de un buen nivel en cuanto a su comida, el servicio deja un poco que desear. Lugar al que todo motero debe asomar la cabeza. Volveremos, pero esperamos que el trato sea algo mejor. La camarera eso si, encantadora.