El Corralón del Embalse

Buena relación calidad precio pero el día que estuvimos estaban escasos de personal y la atención fue desesperadamente lenta. A pesar de que solo había 4 parejas comiendo dentro, como las mesas libres eran grandes nos ofrecieron la posibilidad de comer en la terraza un día de mucho calor, nos recibieron muy bien pero tardaron mucho en coger la comanda y tardaron mucho entre plato y plato. Y cada vez con más calor. La comida esta rica, pero debería mejorar los tiempos.

Una atención buenísima, calidad, todo muy rico, muy recomendable, con una decoración y entorno muy agradable, comimos al lado de la chimenea unas croquetas de boletus con un bechamel espectacular; el chuletón en su punto, tierno,de buen sabor, la morcilla también están buenísima. Desde luego ideal para comer y disfrutar de un buen día.

Antiguo pajar reconvertido en un acogedor restaurante junto al embalse de pinilla, probamos sopa de cebolla, chuletón de la sierra y de postre brownie y natillas con frutos rojos. Todo buenisimo, si vives o estás por la zona no te lo puedes perder

Gran restaurante con un espacio acogedor que te invita a disfrutar de una buena comida. Disponen de chimenea que aporta un toque extra a ese ambiente cálido.
Servicio atento y amable, genero correcto! Gracias

Tengo sentimientos encontrados con este restaurante, esta bien situado, muy lindo, muchas mesas, poco personal para la atención de tantos comensales, carta variada, sin embargo poca cantidad de ensalada, el sabor de las croquetas de boletus no era fuera de lo común, el toque agradable y cereza del pastel fue el sabor de la carne, hemos pedido un entrecot, chuleton buenísimos, un sabor excelente y muy tiernos, sin embargo los sirvieron fríos, un rabo de toro muy vasto sin embargo recalentado, el postre sabroso, nos ofrecieron chupitos al final, el sabor del café muy rico, de puchero.

Buen sitio para comer. Atención muy buena, los camareros atentos y simpáticos. La comida muy buena, nos han dicho que hemos tienen un hueco proveedor de carne y estaba muy buena. Mejor el entrecote que el chuletón.

Llevábamos tiempo queriendo conocer este restaurante del que nos habían hablado muy bien. La casa por dentro recuerda a las del Valle de Aran, cuidada y con la decoración perfecta para no desentonar.

Punto favorable es que dejaban pasar perros, la nuestra estuvo dormida a los pies de nuestra mesa con un cuenco de agua para perros que amablemente le trajeron las camareras.

Las setas de temporada, con senderuelas, setas de cardo y boletus estaban rehogadas de forma exquisita.

El chuletón de vaca de la sierra trajo el punto de la carne ideal, como la pedimos, poco hecha, jugosa, tierna excepto donde encuentras los pocos nervios que tiene.

Como pedimos también el panaché de verduras pedimos que nos pasarán un poco más la carne y para grata sorpresa nos trajeron el plato con refill (volvieron a llenar) la guarnición, patatas a lo pobre y pimientos de piquillo

La tarta de manzana que compartimos estaba ok.

Volveremos, sin duda!

Comimos muy cómodos

Ubicado en un tranquilo pueblo de la sierra madrileña, en un edificio antiguo y con una chimenea muy agradable. Buena comida de la sierra, destacando especialmentes sus carnes. Entrantes generosos, buen servicio y carta de vinos adecuada. Precios adaptados a la calidad.