VIPS

Un auténtico desastre. El chico de la terraza (Patricio) la verdad que nos atendió super bien pero cuando solicitamos entrar dentro porque tardaba un poco y en la terraza hacia frío el nos dijo que no habría ningún problema, sin embargo los compañeros que estaban dentro le echaron la bronca porque le daban a ellos más trabajo. La verdad que es alucinante que den esa imagen y encima el pobre camarero que no tenía la culpa ...en fin . La cocina un auténtico desastre ya que 53 minutos para una hamburguesa y el Vips medio vacío . En resumen lo único bueno el chico que nos atendió (Patricio) .

Un placer como siempre.
Calidad y buen servicio. Comemos siempre que tenemos ocasión.
Muy recomendable sobre todo las alitas y las hamburguesas, sandwiches (Vips Club) y qué decir de sus tortitas con chocolate y nata.
Volveremos sin duda.
" y ahora mismo es lo que te estoy diciendo".

En plena ola de calor, nos pusieron en una zona del restaurante donde no había aire acondicionado (dentro del local).
Omito las condiciones sanitarias de los servicios, con mal olor, suciedad, sin papel higiénico ni jabón de manos.
Con telarañas en las lámparas situadas sobre las mesas
Tardaron bastante en atendernos, y cuando lo hicieron, fue con malas caras y deprisa.
Seguramente no ayude el hecho de que, para un restaurante de estas dimensiones, solo hay dos camareros atendiendo 40 mesas un viernes para comer.
Un desastre, teniendo en cuenta que los precios cada vez son mayores y las cantidades son las mismas o menores.
Una pena que la situación de la cadena VIPS de esta imagen al público.

La comida muy bien y la atención muy rápida, el refill de bebidas iba rápido también aún habiendo gente entrando y pedidos a domicilio saliendo constantemente. Por otro lado el baño de mujeres deja mucho que desear, le hace falta un repaso a las instalaciones porque el dispensador de jabón y el váter están en mal estado.

La comida correcta como siempre en VIPs. El espacio bastante desagradable, lúgubre, vean las fotos del baño de mujeres con muchas cosas rotas y viejas, luego en el restaurante la suciedad por todas partes con manos en paredes, cristales… es un día de diario y no hay mucha gente... Con fregona a la vista. Lo único que se salva es el camarero (Diego) que dió un servicio excepcional él sólo a todas las mesas, muy atento, educado y amable, consiguió que la merienda con mis hijas fuera pasable.

Fatal. Nunca me había decepcionado un vips, o mejor dicho el personal que trabaja.
He tenido que pedir la comida varias veces, y la han traído cuando ya todos mis acompañantes habían terminado. El vaso sucio sin lavar y comida con cáscaras de huevo incluída. Puerta abierta continuamente, así no ceno pero sí me resfrío.
Uno de los camareros, mirando con mala cara cuando me he quejado.
Nefasto, para no volver.

Hacía mucho frío. El camarero Marcelo un irrespetuoso total, los cubiertos nos lo ha dejado en el medio de la mesa de mala gana y no los ha colocado, los hemos tenido que colocar nosotros, la parte del fondo cerrada, a la hora de pedirle a Marcelo vinagre, aceite y sal o no nos ha escuchado o no ha querido escuchar porque se lo hemos dicho bien alto, y he tenido que levantarme a pedirlo yo. Tardaron mucho en darnos una mesa y la gente se iba por el tiempo de espera y no había nadie, todo estaba vacío.
Los baños sucios, no había papel, el váter sucio y el lavabo no quiero ni contar.
El Pay&Go fatal, nos ha traído la de otra mesa.

Efren el cocinero, me solventó un problema de la mejor manera, fue muy atento y servicial, los camareros del turno de hoy igual. Soy cliente habitual, y Efren consiguió que eliminará la otra reseña ante su gran atención y detalle. Gracias!!