Restaurante La Entrada

Muy buen sitio para comer o cenar con amigos y familia. Gambas y carne recomendable. Postes caseros de lujo!

Fuimos a festejar un cumpleaños número 87 y fue una experiencia horrorosa. La comida dejo muchísimo que desear. Raciones mínimas, frías, comimos todos en diferentes tiempos algunos esperando más de hora y media, los camareros mal dispuestos, atendiendo de muy mala manera. Ante el reclamo solo saben pedir disculpas, nunca asumieron el mal rato que nos hicieron pasar. Calidad Precio totalmente desproporcionado. Recomendaría no vayas salvo que quieras tirar el dinero. Nosotros no volvemos!!

!una apuesta segura! Deliciosa cocina, platos tradicionales, servicio profesional y amable. El local estupendo con varios comedores muy acogedores, También la selección de vinos es destacable..Sitio para recomendar sin duda.

A nuestro parecer no nos gustó. Fuimos por reseñas y fotos e íbamos con muchas ganas. Tanto las croquetas de entrante, las chuletas de cordero y las patatas fritas de guarnición estaban crudas. Y no había mucha afluencia de clientes para achacarlo a eso. Solo mencionar, para las personas que miden el presupuesto, que este restaurante es para ocasiones especiales o gente que pueda permitírselo, nuestra cuenta de 4 bebidas, un entrante, dos segundos y postre fue de 85€.
El trato fue bueno.

Un clásico del pueblo de Torrelodones, ubicado en pleno centro, con un espectacular jardín, donde hemos disfrutado de una agradable comida de amigos. Sus platos/raciones, además de sus carnes y pescados son de buena calidad, generosos y bien preparados. Destacar sus postres caseros, todos buenísimos, especialmente su tatin de manzana con helado de vainilla. Servicio profesional, amable y eficaz, sobre todo con el camarero Ángel que gracias a él la experiencia ha sido de 10.

Muy buena calidad, muy buena atención por parte del personal muy profesional por cierto.
Todo lo que pedimos estaba buenísimo y en su punto.
Es un restaurante para volver

Estuvimos comiendo y el ruido era insoportable, estábamos en un salón con un montón de mesas y la insonorización brillaba por su ausencia. Por otro lado después de pedir unos platos de carne, francamente mediocres, los cuales para mi sorpresa vienen sin guarnición, nos sirven unos platos de patatas fritas, que todos pensamos que eran la guarnición, que como digo no estaba incluida, nos cobran 3,5€ por plato de patatas, lo cual reclamamos y nos viene el jefe y nos dice que como no ponen guarnición y la gente la suele pedir a posterioridad, tuvo la deferencia de adelantarse y servirla.
Y encima 50€ por cabeza, para una comida que no llegaba ni a 30, en fin ya se donde no volveré.

Bueno, no voy yo a venir a ensalzar este establecimiento, la calidad de su cocina, el trato de sus profesionales o sus materias primas, a estas alturas. Sólo destacar unos detalles: el vino, muy bien presentado; la carne en la que se aprecia el humo de la parrilla....y lo mejor para el final: una tarta de manzana para tirar fuegos artificiales (y lo dice un devoto de los postres) Gracias a mi amigo Francisco Javier por descubrirme este magnífico restaurante.