Restaurante Petro

Dimos con el restaurante de casualidad y no pudimos tener mejor suerte. Platos ricos, buena cantidad y bien de precio. El trato muy bueno. 100% recomendable

Hemos estado muy a gusto. La camarera majísima, a pesar de haberle tocado trabajar en su día de fiesta. La comida muy buena, mucha cantidad y buen precio. Las tartas riquísimas.

Un pequeñito restaurante al lado del río, ideal para tomar unas cañas, y tapear con sus sorprendentes morcillas y morros. En cuanto a la comida, cocinada a la manera tradicional, con buena presentación, y un exquisito sabor. Me ha encantado. Pienso volver por allí. Lo recomiendo cien por cien.

Me encanta, está todo buenísimo. Solemos pedir para llevar, no tienen packaging propio así q solemls llevarnos las cacerolas para q no las llenen. Pinchos de nivel, morcillas de nivel y en general todo increíble.

Comida casera.

PD: Si vas con prisa, no es tu sitio.

Es un bar de carretera sin más pretensión que dar buena comida. Llegamos sin reserva y de entrada nos dijeron que no podían darnos mesa. Decidimos quedarnos y tomar unas cañas y tapas en la barra. La morcilla de sangre exquisita, la recomiendo. Después de la segunda ronda nos dijeron que había quedado libre una mesa. Pedimos cordero y cabrito guisado, muy ricos y tiernos. Los callos si que podrían estar mejor. Lo que sí recomiendo es la tarta de galletas al caramelo, riquisima. Y he decir que muy bien de precio. Y del servicio decir que la chica de la barra nos atendió muy bien

Se merece menos de una estrella.
Los comentarios positivos de este lugar deben de ser de amigos o familiares. Nuestra experiencia ha sido nefasta, como lo fue hace dos años, pero decidimos darle otra oportunidad y ha sido peor que la anterior. Hemos comido en el interior. El servicio y la atención de la camarera lo peor que he visto en mucho tiempo. Se ha equivocado al tomar la comanda y ha discutido con nosotros, al final nos hemos quedado con el plato demás. Ha conseguido que comieramos en tiempo récord, nos ha retirado los platos sin terminar, nos ha preguntado por los postres y cafés aún con el tenedor en la boca, una velocidad impresionante. De la comida, decir que todo estaba bastante salado, la ensalada con mucho aliño, los calamares y la sepia llevaban fuera del mar demasiado tiempo y el resto de platos parecido. El pan, aparte de estar recalentado y duro eran las puntas de las barras, otros trozos no tenían forma definida, parecían las sobras de otras mesas y de otros días.
La limpieza "brillaba bastante por su ausencia". Para terminar, la cuenta, no sabemos lo que hemos pagado, una lista larga de "VARIOS", pocas cosas aparecían por su nombre. En fin, es una pena no tener fotos que den fe.
Lo único positivo ha sido el trato del camarero, muy atento y servicial, aunque parecía nuevo.

Fuimos a comer en familia, tardaron en atendernos y mucha gente no había.

Muchos despistes y olvidos de comandas, la comida bien, tanto el sabor, como en cantidad.

Nos marchamos ya que tema postres, no llegaban.

Problemas a la hora de pagar, tarjeta o efectivo solo, pero recomiendo llevar ambos, ya que ayer el datáfono no funcionaba, y sin efectivo, una odisea.

¡Un servicio perfecto!
Soy vegetariana , así que suelo tener problemas a la hora de comer, así que contacte con ellos de antemano para preguntar si tenían algo disponible en el menú.
Me indicaron que adaptarían unos platos para mi y que no había ningún problema .
Al llegar el trato fue increíble , fueron todos muy amables y muy atentos.
Me hicieron un revuelto de verduras que estaba muy bueno y fueron muy rápidos.
Para terminar el postre de tarta de nueces fue brutal.
El mejor restaurante al que he ido en la zona sin dudarlo.