David Freire

Pues mi experiencia es positiva. He ido solo una vez y me ha parecido un lugar que ofrece producto de la máxima calidad sin entrar demasiado en elaboraciones complejas ni mezclando muchos ingredientes. La carta de vinos muy completa y el chico que nos atendió y el cocinero muy amables. PD: Las zamburiñas hay que pedirlas aunque no tengas ganas ese día.
Por decir algo malo el pan, estando bueno, no me convenció al 100%

Buen trato. Íbamos con las ganas de comer el steak tartar, que estaba muy rico, pero lo que realmente ha sorprendido ha sido el bacalao. Super tierno. Postre con torrija super buena.
Por poner una pega es que quizás me esperaba pagar un poco menos pero he de decir que sitio recomendable.

PASIÓN
Si algo me han transmitido es pasión. Tanto por la comida, por el producto como por el servicio.
Es una liga difícil, muy exigente y en la que han irrumpido con ganas y apostando por la calidad del producto.
Muy buen trabajo👌👍👏

Una experiencia increíble. No pudimos estar mejor atendidos. Y no pudimos comer mejor. Es la esencia de el mejor producto traído a la mesa con todo el mimo posible. La atención extraordinaria. Nunca nos sentimos tan a gusto en un restaurante.cien por cien recomendable

Fuimos a comer 8 personas, recomendados por amigos y la experiencia fue bastante decepcionante.
El servicio empezó lento, tanto para tomarnos nota de las bebidas, traerlas, como para traernos la carta. Lo entenderíamos si hubiese mucha más gente en el comedor, pero sólo había 2 personas más. Empezamos tomando el steak tartar, muy poco sazonado y con un exceso importante de huevo. Lo siguiente, salmón ahumado cortado en dados, con una gota de aceite y ralladura de limón como única elaboración. Las zamburiñas estaban como medio crudas y no especialmente buenas. Los últimos platos, que fueron bacalao y falsa lasaña de conejo fueron los únicos que merecieron la pena. Bien preparados y ricos. Terminamos de comer y pedimos directamente la cuenta, sin postre ni café. Sorprende que el responsable no se acercase a preguntar qué tal la comida, cuando ya en el primer plato le habíamos dicho al camarero que no nos había gustado, además, siendo la mesa más grande del local. Sin embargo, con los demás clientes sí estuvo charlando un buen rato.
Con todo el tiempo que teníamos entre plato y plato nos dio tiempo a ver ciertos detalles, como que ninguna lámpara tenía la bombilla del medio. O que en el baño hubiese una cantidad de papel de manos e higiénico bastante escasa. Cosas que habríamos pasado por alto si la comida fuese expectacular.
En definitiva, el precio no se corresponde con la calidad de las elaboraciones de algunos de sus platos y no merece la pena pagar ese dinero con la oferta gastronómica que hay en Ferrol y comarca.

Sencillamente genial. Todo cocinado en su punto, sencillo, rico, sin tonterías pero con cariño y sabiendo lo que se quiere. El local es un espacio tradicional recién reformado que crea un ambiente perfecto para la comida. Todos los ingredientes para triunfar y convertirse en un referente en la comarca.

Fuimos por recomendación y salimos recomendando a todo el mundo que viva esta experiencia. Es sin duda una cita para el paladar, cada detalle está cuidado. El trabajo que hacen es digno de admirar. No dudéis y disfrutad de lo que este equipo nos brinda. ENHORABUENA POR EL TRABAJO Y LAS DELICIAS QUE REALIZÁIS.

Restaurante intimo y acogedor donde prima la calidad y respeto por el producto con el valor añadido de contar con un servicio tan discreto y detallista como excelente.
Sentir calidez de trato, cercanía y sencillez donde otros emporios gastronómicos se empeñan en poner distancia y frialdad,…destilar humildad sincera y pasión por hacer bien las cosas frente a otros modelos de gestión carentes de alma…y ofrecer absoluta flexibilidad y adaptación al cliente frente a las limitaciones y rigidez propias de altaneros chefs y locales de moda, no resulta fácil de encontrar en espacios de este nivel, pero, lo cierto es que David y su equipo son capaces de ofrecer una cocina 5 estrellas sin estridencia ni pretenciosidad alguna sino repleta de cariño y buen gusto recuperando sabores de antaño en nuestras papilas gustativas para convertir la visita en una experiencia que vale la pena disfrutar.
Sin duda merecen que les vaya bien, porque su apuesta aúna veracidad, valores y principios que reflejan a través de sus platos una forma de entender la vida y la gastronomía.
Gracias