Restaurant Arco de Mazarelos

Buen ambiente y trato amable. No cenamos porque la cocina estaba cerrada

Magnífico lugar para comer, con buen producto. No obstante lo cual, lo mejor el servicio. Eduardo un magnífico profesional y encantador en su trato.

Un auténtico desastre. Éramos 5 personas con una niña de 5 años. Nos sentaron sin manteles. Hicimos el pedido y el camarero (argentino) nos dijo que iba a dar prioridad a la niña. Tardaron más de una hora en traer los entrantes y después de dos quejas (una ya seria) trajeron la cena. Excepto uno de los platos (ensalada de calabacín y langostinos crujientes), el resto de calidad media/baja. Las patatas fritas arrebatadas.
Primera y última vez.
No lo recomiendo en absoluto.

El trato genial, muy educado y caluroso. Las cantidades normales y con buenísima relación calidad-precio. Los sabores son lo mejor: originales, muy cuidados y combinados, frescos y deliciosos. Resumiendo: se disfruta y se experimenta comiendo por un precio que yo calificaría de bajo por la situación y la calidad.

Estaba todo riquísimo. Tuvimos suerte de encontrar mesa en terraza sin haber reservado. Nos atendieron súper rápido y fueron muy pacientes porque tardamos en decidirnos. La comida estaba increíble, todo lo que pedimos, aunque nos quedamos con ganas de probar los raviolis de langostino. Os recomiendo probar la tapa de vieira en emulsión de coliflor, de 10.

Andábamos perdidos a las 16:30 por la ciudad y nos encontramos con este local. No pensamos que podríamos comer a esas horas, pero nos prepararon una mesa y nos sirvieron una comida espectacular. Todo estaba buenísimo. La hamburguesa con foie estaba espectacular, así como las croquetas de jamón ibérico. Mención especial y nuestro agradecimiento a nuestro camarero César, que a pesar de todo el trabajo que tenía, no perdió la sonrisa en ningún momento, y nos atendió de manera inmejorable.

Muchas gracias Cesar!!! Enhorabuena, es difícil encontrar profedionales como tú, vosotros. Atención espectacular. César Nos montó una mesa para siete en menos que canta un gallo y a las 16:00PM con la cocina cerrada. Comimos una fideua de cochinillo espectacular, y croquetas de choco y mejillones. La tarta de queso y el tiramisú, caseros increíbles y para enmarcar. Hoy, día siguiente hemos repetido… por qué será??? 😜 qué zamburiñas, y qué hamburguesas!!! Por Dios , quiero uno en Madrid!!! De 10!!!

Nos sentamos a las 17:00 de la tarde en una mesa de la terraza (había 4 o 5 más vacías) con la intención de tomar un café y de manera muy borde el camarero nos indica que solo sirven comida hasta las 18:00 y que no podíamos tomar nada.
Más que el hecho de no poder tomar algo fueron las formas cuando el local estaba medio vacío.