Furancho Nicanor

Furancho de los auténticos.
Su personal atiende las mesas de forma amable y atenta. Me sorprendió lo rápido que salieron los platos de la cocina. El tamaño de las raciones no es muy grande, pero está dentro de lo esperado. El raxo viene en filetes en vez de troceado (como en otros sitios) y la ración trae 3 filetes (podría venir alguno más). La oreja viene en plato pequeño... Por la contra la tabla de embutidos es generosa y la tortilla grande no está nada mal de tamaño. Un poco floja de sal, eso sí, pero sabrosa y jugosa. Ni seca ni con el huevo crudo. En su punto, para que le guste a todo el mundo.
Y hasta aquí las pegas. Los platos son sabrosos. Todo está rico. De postre pedimos empanada de manzana... Y ahí el plato vino hasta arriba para el disfrute de todos.
Hasta 3 personas diferentes pasaron por la mesa para atendernos y todos ellos encantadores.
Finalmente, tras una cena para 5 personas, todos salimos satisfechos. Además de unas tapas de pan con queso que nos obsequiaron al llegar, pedimos una tabla de embutidos, oreja, 2 tortillas, 2 de raxo, además de agua, pan, una jarra de vino y la empanada de postre... y salimos a 10€ cada uno. Por tanto, a la vista está, tiene una buena relación calidad precio.
Además, tiene mesas dentro, en la bodega rodeado de pipas y barriles, y fuera, con bonitas vistas. Hay sitio suficiente para aparcar el coche (cosa que no todos los locales tienen) y hasta había un vendedor de rosquillas a la puerta del local.
Por todo ello, para mi es una opción más que recomendable para disfrutar de un buen furancho.

Abierto de jueves a domingo hasta el 30 de junio

Muy rico todo

Vino y atención inmejorables