El Trujal del Abuelo

He podido volver después de dos años (vivo a 500 km.) y, como siempre, espectacular.
Los pimientos del piquillo con lascas de bacalao y el revuelto con gulas son platos fijos que conozco y pido siempre: nunca defraudan.
Hemos probado está vez los espárragos confitados y también deliciosos
De segundo el solomillo, excepcional y tierno como él solo.
También las lechecillas, las chuletas al sarmiento y la pluma Ibérica son platos a destacar.
Para mi gusto es uno de los restaurantes de La Rioja que son fijos siempre que vengo, y no dejaré de hacerlo.
Lástima que no abran todo el año.
Gracias a Guillermo por la calidad de las preparaciones y a Cristina por el servicio.

Una experiencia culinaria de alto nivel, platos con una materia prima excelente una preparación delicada, cuidada y una presentación de diez.
En mesa el servicio atento, cordial y servicial.
En cocina hay dos grandes profesionales que preparan con cuidado y esmero una breve pero suculenta carta de platos, entre verduras en su punto, salsas muy bien elaboradas, carnes excelentes.
Es uno de los pocos sitios a los que pongo 5 estrellas, pero de verdad que este se las merece.

¡Gracias EQUIPAZO!

Sitio/comida impresionante. Guillermo, genial.... Nos atendió muy bien, buenas recomendaciones de la zona y de su restaurante. Nos recomendó un vino con un precio muy bueno y de sabor excepcional. La cuenta es de 3 personas

Las materias primas que utilizan son excelentes. Es un restaurante pequeñito, familiar, abierto solo durante la temporada de verano, todos los días para comidas y cenas. Tiene una capacidad para 20 personas. La decoración es rustica y acogedora, con un vieja prensa pero en perfecto estado en el centro del comedor.

No se puede visitar la Rioja Alta sin pasar por este restaurante. Pese a su espacio reducido, que a su vez lo hace acogedor, salimos encantados.
Tanto la calidad de los productos como su servicio es excelente y el precio estuvo acorde a lo que se pidió (35€ aprox. por persona).
El único detalle que se debe de tener en cuenta, es que solo se puede pagar en efectivo .

Restaurante pequeñito y encantador, pocas mesas ,servicio y comida inmejorable.. de 10!! Gracias Guillermo , Pili y a la otra chica, por la comida y vuestra simpatía y atención ! 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼 esperamos volver pronto!! 🍀🍀🍀

Pequeña bodega reconvertida en restaurante,acogedora, bien decorada.
Buen servicio, rápido, carta poco extensa, pero suficiente, raciones pequeñas pero que se justifica por la relación calidad precio, vinos de Rioja de la zona. Un cava y un vino blanco propio de la bodega.
Al frente del negocio está el cocinero Guillermo Mendoza, cercano y atento a su clientela.

Restaurante pequeño y acogedor. La calidad de los productos es buena, pero los platos son muy escasos.
Una ensalada con ventresca 20€ nos pareció carísima, el plato de chuletillas de lechal, era para media persona.
Los postres minúsculos.
Se puede mejorar y mucho.