RESTAURANTE LASARTE

Tomamos arroz caldoso con bogavante y la verdad que no tenía gusto, para lo que cuesta esperaba darnos un homenaje al paladar... una pena. Carne a la piedra muy buena y de calidad, calamares buenos y la tarta de queso también está bien. De media por cabeza sales mínimo a 50 € que, para no sacarle gusto al plato principal, nos pareció caro. La atención del personal muy agradable y atenta y estuvimos cómodos.

Después de leer las críticas esperaba bastante más de este restaurante. Sólo probamos las raciones (no puedo hablar de arroces ni carnes), pero son caras y de calidad/cantidad justitas. 6 croquetas 17,50€, tomate (ensaladero) con ventresca, otros 17€... Lo mejor que probamos, sin duda, el queso de cabrá con cebolla caramelizada.
No está mal, pero bastante caro para lo que ofrece.

Sin conocer nos aventuramos a reservar en Lasarte, guiados por las buenas críticas, he de decir que el nombre ayuda mucho cuando eres del norte.

Llegamos a la hora reservada y nos sirvieron un aperitivo con las cervezas que tomamos para mitigar la ola de calor, pedimos entrantes y arroz con bogavante, tienen dos variantes caldoso y seco, optamos por la segunda, y el acierto fue colosal, un arroz en su punto perfecto, y con medio bogavante para cada comensal.

No me estiro más ya que todo estuvo perfecto para una comida de amigos.

Recomendado 100%.

Terraza tranquila y perfecta para disfrutar en pareja y en familia. Mejor con reserva.

Pedimos:
- Croquetas de Kimchi, muy ricas y crujientes.
- Un arroz negro para dos personas riquísimo - - Un chuletón de buey para dos personas (incluye patatas y piedra para cocinar la carne)
- Un pulpo… que para el precio que tiene es escaso y lo tuvimos que volver a pedir, ya que el primer plato que sacaron estaba bastante duro.
La explicación era que el pulpo ya venía cocido.
La segunda vez que nos pusieron el pulpo, lo mismo. Es un fallo y el precio del pulpo a la brasa es exagerado para la tapa que ponen. No hicimos ni foto del plato.
- La tarta de queso y el flan de café caseros y muy buenos.

Se come bien aunque es bastante caro,fuimos 4 y la cuenta fueron 200€,el servicio muy atento, en cuanto a la cantidad de la paella Mixta escasa ,pedimos una ensalada de tomate y el arroz caldoso con bogavante muy rico y más abundante que la paella. La ubicación es buena aunque no está con vistas a la playa lo pagas.

Hemos cenado y la verdad que en general satisfechos y todo rico, aunque es verdad que algunas cosas con un precio elevado (6 croquetas 17,5€ ya está bien siendo de un tamaño normal y no croquetones)...lo dicho, todo bueno y bien presentado. Pocas opciones de vinos por copas -1. Los camareros muy correctos en todo momento y currando con buena cara, que es de agradecer. Nos sorprendió que una persona que podría ser el encargado o dueño estuviera tomándose una copa en una mesa vestida a la vez que "organizaba" en algún momento a algún camarero - mal aspecto da eso, sobre todo para los que hemos trabajado en hostelería y nos fijamos en detalles así - (vienen clientes, se levanta y les sientan tal cual, cuando ha estado con el móvil y demás encima de los platos, vasos y cubiertos...en fin).

Pero un sitio rico y más cuidado de lo habitual para ser Marina D'Or 👍🏼

La atención recibida a sido buena por parte de todos los camareros. A pesar de que había muchas mesas llenas. La paella que elegimos muy sabrosas y bien elaboradas. La paella campera riquísima. Y la de marisco al mismo nivel. Los precios tal vez un poco altos. Pero la atención, limpieza y calidad de los ingredientes lo vale. Además destacar que una cocina acristalada que todos los clientes pueden observar dice mucho ya del sitio. Criticar los tomates que sin duda estaban riquísimos atendiendo a la recomendación de los camareros. Pero destacar que esa ensalada con unas ventrescas, olivas, brotes de soja… hubiera justificado más su precio. Además de hacer un entrante más apetecible. Sin dudar repetiré por la calidad de los ingredientes y la atención.

Teníamos ganas de volver a este restaurante a ver qué tal (probamos el menú degustación hace 4 años y genial) y la verdad es que no ha defraudado. Como siempre pedimos arroz decidimos probar con un variado: un plato de tomate de huerta fuera de la carta que ha sido un espectáculo, unas croquetas de pulpo en tinta impresionantes, con un rebozado muy fino y un sabor intensamente rico. Después un plato de mejillones al vapor que sin llevar nada no podías dejar de comer, muy buen producto. Una parrillada de verduras con un chuletón de buey trinchadito que estaba impresionante. Puntazos: la sal gorda en tarrito para echarla al gusto, el buen hacer de los camareros (por fin una terraza donde no falta personal!!) y muy buen ambiente en todo momento. Si hay que sacar un punto malo... El tinto vino frío, y tiene que servirse templado, fue casi en el postre donde empezó a estar bueno. Para terminar, el postre de chocolate blanco riquísimo y un café decente. No hubo chupito de invitación, pero la relación calidad-precio fue excelente. Venimos todo el año, así que volveremos porque hemos visto que no cierra en invierno, a ver qué tal. Muy recomendable :)