Paoliisal

Buen trato, buen servicio, buen producto. Cenamos una mesa de 10 comensales y noa trataron perfectamente. Unas tapas muy buenas y bien hechas. La lubina y el entrecote también lo bordaron.

Descubrimiento en Meliana. No sabría decir qué tal se cena pero hemos tomado unas cervezas SIN GLUTEN y un aperitivo también apto para celíacos. Es muy de agradecer. Además, según nos comenta el camarero, tienen muy en cuenta el tema de la contaminación cruzada en la cocina e incluso pan sin gluten si reservamos con antelación. Volveremos.

El hijo del jefe un maleducado. Nos ha tratado fatal. BRAVAS CONGELADAS NIVEL la bolsa le cuesta 1 euros y nos la cobra a 5 euros. EDUCACIÓN LA JUSTA. Nos ha vacilado y amenazado con la policía al decirle que no queríamos la bravas por que las ha sacado casi con el postre y nos ha AMENAZADO. Una vergüenza de señor. Nada que ver con el padre. Nos ha dado la cena chillando chulasco delante de nuestros hijos. Una vergüenza que estamos pasando aquí. No lo recomiendo, menos con la familia por que no respeta nada de nada. Pido por favor que el hijo se retire del negocio. No volveré más jamás.

Si te gusta la fritanga, que te ninguneen y cenar mal, no lo dudes, este es tu sitio! Destacaría la especialidad de la casa, el entrecot de tercera con sabor a sepia

Demasiado caro para lo que ofrecen. Cena de grupo: 5 calamares para 4 personas (estaban muy buenos), plato de bravas de bolsa congelada, 2 puntas de baguette (equivalente a medio bocadillo normal) y café 18€

Teníamos la reserva a las 22 y cenamos al día siguiente (00:15) y encima, los bocatas estaban fríos. Las tapas estaban ricas, pero cumplí años en restaurante y me salió la barba.

En resumen, pide con tres horas de antelación y cenaras a la hora que deseas.

Tapas y bocatas variados. Lastima que esa noche no tenían el de carne de caballo.
Bueno todo y buen precio

Mal atendidos desde el primer momento, muy lentos al servir. Y a la hora de cobrar quería poner unas cervezas que se pidieron y después de 10 min. de espera se volvieron a pedir a otro camarero viendo que el de nuestra mesa seguía pasando de nosotros.