Bar Suizo - Brasería El Toro

La comida muy bueno todo y el precio asequible. El servicio muy atento y amable, todo muy bien. Iba con mucha hambre y me acorde de las fotos cuando ya habia empezado a comer y por eso los platos se ven solo medio llenos.

Pues mira, para almorzar por la zona es de lo mejor. Solo tienes que ver que aquí paran ciclistas, motoristas y llauros locales. Buen morro, buenos bocatas (ojo al medio que ya es grande), hacen cremaet (no es estrella, pero entra). La atención buena y el callejón fresquito y tranquilo. Recomendable

Muy simpáticos, te cocinan lo que tu quieras. Felicidades a Alfredo por su maravilla de paella, a la reinas del Bar Amparo, Manoli y Anna. Volveremos !

Bar familiar que lleva abierto desde los 70, y que ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. El trato es genial, amable, cercano y familiar. La carta es muy amplia, con los platos de siempre y alguna sorpresa agradable que no esperas encontrar en un bar de un pueblo tan pequeño. Las carnes son de lo mejor.
Sorprende y mucho la carta de vinos que tienen, muy buenos y para todos los bolsillos, y para los más entendidos.

Perfecto para comer, cenar o almorzar.
Sin duda en mi próxima ruta en moto pasaremos por aquí.

Excelente menú casero de 15 €, muy buenos, el arroz al horno, el potaje de garbanzos, y el combinado de carne y embutido brasa. El vino de la casa es mejorable pero a ese precio es comprensible. Amables tanto Ana cómo el camarero.

Calidad, cantidad y precio bien, servicio amable, familiar y bien organizado. Eramos 14 y en nuestro chat posterior no había ningún comentario negativo - los cremaets, postres, bebidas muy bien. Si volvemos a la zona volveremos a reservar con esta gente! ¡Gracias por una tarde agradable!

Un fantástico lugar para almorzar. Buenos bocadillos con cantidad. Sin historias. Cacaos y olivas buenas. Interior o terraza. Fácil aparcar. Cremaets bien resueltos. No le puedo poner mis 5 estrellas porque 6€ se pasa de la media. Con 5€, sí se las daba. Pero bueno, un sitio para volver.

Parada de casualidad para tomar el aperitivo a mediodía. Pedimos un par de tapas para acompañar cerveza y vino blanco y nos sorprendió gratamente. Oreja y morro bien frito y crujiente, con sal gorda: deliciosos.
Vimos desfilar varios platos delante nuestro con una pinta espectacular.
Visitaré este restaurante a mediodía en cuanto pueda para probar sus platos de cuchara.
Atención simpática de la dueña y sus padres.

Comida en sábado a mediodía: repetimos oreja frita de entrante, muy crujiente. Guisado de jabalí y chuletón a la brasa, espectaculares ambos. Muy recomendado.