Restaurante Chaparral

Fuimos a picar- comer algo en plan tapeo, el sitio mejor ubicado no puede estar, para disfrutar de la naturaleza mientras comes. Las tapas generosas, el ajo arriero un pelin seco pero muy bueno de sabor, los postres caseros y muy ricos. En cuanto podamos probar los arroces veremos si se gana las cinco estrellas. El servicio genial, rápido y muy amable.

Comimos muy bien, buena atención, buena paella (algo meloso y duro, depende de gustos) y zona inmejorable con el mirador del Garbí muy cerca. En general todo bien, menos una cosa, el baño. Estaba embozado hasta el límite y el otro baño no tiene pestillo y la puerta no cierra, tendrían que reformarlos teniendo en cuenta lo lleno que está siempre.

Lo demás todo perfecto. Si el tiempo acompaña es mejor elegir terraza. Mejor reservar, se suele llenar. Tiene parking.

Buen sitio en medio de la naturaleza donde poder comer Agusto y con buen trato y luego darte un paseo por la Serra calderona todo de 10 enhorabuena

Restaurante ubicado en un maravilloso paisaje de montaña, comida muy buena y trato muy agradable , lo único malo son las avispas rondando por las mesas si coméis en terraza . Pero aún así nos gustó mucho. lo recomiendo cien por cien .

Los ciclistas y los almuerzos ya no son bien recibidos.

Desde hace unos meses parece der que no les interan los almuerzos. Hemos ido desde siempre y era un sitio muy recomendable, ya no es así.

El bocadillo pintaba bien pero estaba insípido, además de lo que han subido el precio.

No les interesa los almuerzos, apuestan por ls comidas. No volveremos

Todo buenísimo y el trato fenomenal los calamares lo único no me gustaron las tartas brutales👌

Restaurante ideal si lo que quieres es comer bien lejos de la ciudad, la atención del personal excelente, dispone de parking y dejan entrar a tu mascota lo cual me parece genial. La comida muy buena, sobre todo la paella Valenciana que tiene sabores muy equilibrados, el postre de tarta de queso recomendable y el cremaet delicioso. Sin duda, volveremos!!!

Vaya desastre. Al final no nos han querido cobrar los entrantes ni nada. Una desorganización total. Una hora esperando la paella y nos vamos sin probarla. Vamos con niñas pequeñas y aún así no tienen vista. Sirven antes a gente que llega más tarde, tanto raciones , que nos hubiera dado igual por las niñas, como paella en la mesa. Se ve que depende del camarero que te toque comes o no. Una pena de lugar que se podría llevar bien.