Olivia Benicàssim

Una experiencia muy agradable y sensitiva para paladares no conformistas.
Entramos a tomar un par de aperitivos y nos quedamos a comer, pues el sitio reclama disfrutar del momento y la diversidad de oferta en la carta.
Un lugar diferente con una carta diferente.
Destacar tanto el servicio ( excelente ), como la calidad de los platos.
Un sitio que, además de su ambiente relajado y agradable de estar, tiene una carta para disfrutar y degustar platos genuinos marcando la diferencia sobre el restaurante típico de tapas y plato principal.
El precio es adecuado, sin excederse, a la calidad y elaboración de la comida.

El patio Olivia es un espacio con decoración vegetal y rústica con un toque de sofisticación. Las luces tenues que alumbran durante la noche aportan un ambiente relajante y contribuyen a la armonía del restaurante.

La propuesta gastronómica es interesante, no obstante, el resultado no es excelente. Exceptuando la tarta de queso, que sí es sublime. El resto de elaboraciones probadas están bien, sin más, sobre todo calidad-precio.

El servicio es muy amable, pero parece inexperto; tiene despistes, falta de coordinación, errores en los tiempos de sacar los platos, etc. Se trata de detalles importantes que deben cuidarse, sobre todo, teniendo en cuenta el marketing del restaurante y la imagen que quiere proyectar.

Es un restaurante con potencial de mejora para llegar a satisfacer a los comensales más exigentes, pero debe trabajar en ello.

Puntuación: 6,75/10.

Vinimos a almorzar y comimos más que bien. Es una propuesta innovadora, fuera de lo común. Raisa fue excelente. Nos describió los platos a la perfección. Realmente nos fuimos muy contentos de Olivia.

Ambiente tranquilo y comida excelente. El pulpo exquisito y los brioche muy buenos también. Me hubiese gustado que la comida estuviese un poco más caliente. El falso aguacate es una pasada. Buen servicio

Restaurante muy bonito a nivel decoración. Sin embargo, estaba vacío y tardaron bastante en servirnos. El arroz del senyoret estaba bastante soso aunque el de secreto lo compensó. Raciones un poco escasas por el precio que te cobran.

El local cuenta con una decoración orgánica tanto en la zona de la terraza como en la zona interior.

Es un lugar excelente donde habíamos ido a comer en alguna ocasión. Los camareros son muy atentos, además cuidan cada detalle.

En esta ocasion fuimos a probar el brunch y nos encantó. Es un menú cerrado con distintos platos que terminan con un buen café.

Ha sido una muy buena experiencia, la comida estuvo fabulosa. Pedimos 4 entrantes, todos expectaculares: las berenjenas me encantó, las alcachofas muy buenas, bombon de mamá una sorpresa, una tostá de sobreasada y huevos de codorniz muy rica y el plato principal arroz Senyoret en su punto, tres postres caseros exquisitos: tarta de queso, trampantojo de aguacate y sorbete de naranja, cervezas y vinos y cava..cafés, chupitos etc. El servicio excelente, los camareros muy amables. El restaurante muy bonito, los aseos impecables y muy calentitos estando en exterior. Para repetir.

Fuimos mi pareja y yo a cenar y fue una experiencia espectacular. Venimos de Inglaterra y no podíamos irnos sin comer paella, así que comentamos con antelación si sería posible y nos hicieron el favor de servirnos una paella para la cena. Los entrantes increíbles, destaco el tartar de atún y las croquetas. La paella perfecta, en su punto y con mucho sabor. Para el postre no tuve la ocasión de tomar fotos pero recomendadísimos, nosotros tomamos el aguacate y el fondue de chocolate. Excelente servicio por parte de todo el personal pero en especial de Koraima, estuvo muy pendiente de nosotros, dándonos recomendaciones geniales y muy simpática.
Sin duda volveremos en cuanto tengamos ocasión. En nuestra opinión, el precio es más que justo e incluso asequible para la experiencia y calidad de comida que proporcionan.