A Cantina dos meus Avós

El sitio muy chulo, es de piedra por dentro. Hemos comido muy bien y en cantidad a un precio normal. El servicio rápido. Menú churrasco a 12€. Las terrazas muy bonitas, con vistas a la viña y en un enclave precioso y tranquilo. No tiene mucho aparcamiento, pero llega de sobra. La única pega es que hemos pasado un poco de calor en la comida, comimos dentro del bar y los tragaluz dejan pasar luz/calor y no hay aire acondicionado ni ventiladores. Por lo demás todo muy bien. En invierno debe ser perfecto pq tiene chimenea en el bar. Gracias

Lugar acogedor y decorado con gusto. Muy buena atención. Todo lo que pedimos estaba muy rico: lascas de lacón, zamburiñas, chipirones merluza, frebas... La nota: cuatro entrantes, tres segundos, con bebida y café/postre fueron poco más de 75€ para tres muy bien comidos.

Siempre es un acierto comer aquí si visitas la Ribeira Sacra. Puedes llegar de improviso como nosotros el año pasado cuando preguntamos a los locales dónde comían los vendimiadores y la encontramos llena, pero nos hicieron un apaño afuera o como esta vez que reservamos con tiempo para poder sentarnos en la terraza trasera con vistas a la huerta, jardín y patio. Rodeada de un ambiente rústico natural con el encanto propio por el buen gusto en la decoración, la sensillez del trato y la abundancia y calidad de la cocina tradicional gallega, nunca defrauda.

Comimos bien, la comida sabrosa y casera, el lugar maravilloso, casa de pueblo, la atención exquisita e inmejorable, el cuidado de los comensales preguntando si todo está bien, está correcto, la comida es de nuestro gusto, está a punto, etc etc. Los postres aunque al pincipio se ven pequeños; llenan y están muy ricos, el precio bueno y acorde para lo bien que comimos. Te dan la opción de comer dentro del local o fuera en una zona privilegiada exterior pero cubiera donde contemplar el paisaje, la brisilla, la huerta y el sonido de los animales. Los baños aunque pequeños, estaban bien cuidados, ambiente agradable y diseños únicos.
Eché de menos una pequeña papelera en la mesa para depositar los papeles del azúcar o cualquier elemento que quieras tirar, había algo de brisa y se llevaba los papeles al suelo, algo que ayudaría mucho al personal a no andar agachados todo el tiempo recogiéndolos o barriendo y también eché en falta que cada mesa tuviera sus propios palilleros para así evitar tener que pedírselo constantemente a la muchacha.
También y espero que el Ayuntamiento lo haga, reparar la carretera de acceso tanto en la parte principal que se entra desde Santiorxo como la pista secundaria o viceversa que se entra por Pinol. Está rota, tiene muchos baches y es pecado meter un coche nuevo por esos lugares. También le daría un punto positivo ya que se accedería mejor sin mayores inconvenientes.
El aparcamiento exterior es de tierra y puedes aparcar debajo de la zona arbolada, justo al lado de donde tienen los contenedores de reciclaje. A través de GPS se llega perfecto.
Por lo demás, nos ha gustado y volveremos a repetir la experiencia ya que nos sentimos arropados y un trato estupendo.

Pues a juzgar por otras opiniones nosotros tuvimos un mal día. Valorar en positivo el efectio dinamizador de estos locales en un rural moribundo y despoblado, mencionar su espectacular terraza interior con vistas al valle, los detalles del local, el trato amable pero lo cortés no quita lo valiente: dos caldos acedados no pueden costar diez euros, la ternera grasienta en exceso y los callos (sosos, y mal condimenrtados). Un pincho de oreja que fue cortesía lo hubiera pagado con mayor gusto porque estaba muy bueno. El resto lo dicho quiero pensar que un mal día en la cocina.

No tengo palabras para describir adecuadamente lo que sentí.
Sentí realidad e ilusión por llevar adelante un proyecto. Suyo si, pero siguiendo la senda de sus abuelos (avos).
Cocina casera, buenos pinchos y mejores platos y amabilidad y empatía a raudales. Una combinación rara y excepcional hoy en día.
El local es muy bonito y auténtico.
Natalia (la dueña) está viviendo su ilusión y te transmite todo ese buen espíritu.
No tengo palabras de agradecimiento por su amabilidad más allá de lo esperable.
Muchas gracias Trini y yo seguro que volveremos.

Hemos comido super bien!!! Muy atentos y todo muy rico xD el sitio está muy chulo, una aldeita escondida, una al lado de otra, pero un paisaje de admirar. Muy concurrido, mejor llamar para reservar.

Sitio precioso. Muy buena atención. La comida muy rica. Totalmente recomendado