B.t.n.

Fui por primera vez hace unos días y no me gustó nada la tienda.
Hay mucho ruido, solo ponen reggaeton de música y muy alta y la vibración de allí no es buena.
Te miran mucho también y con tanto ruido no puedes ni pensar, si no son ellas son los repartidores que traen las cajas de ropa arrastrandolas por el suelo, que tampoco pesan tanto y las puedes llevar sin necesidad de mucha fuerza.

Si estás cara al público tienes que tener un poco más de empatía y respeto.
No volveré.

(Traducido por Google) Pongo una estrella porque no puedo poner menos. Esta tienda no está cerrada, está abierta. Y lo trata al cliente es nulo. El lunes fui a comprar unos pantalones, pero probados en casa no fueron de mi agrado, así que hoy he decidido volver a cambiarlos. Primeras, ya malas caras por el cambio. Y a continuación, de malas formas, la que supongo que era el “ama” me ha dicho que lo cambiara, pero que eligiera bien porque no se me permitiría ningún otro cambio, de forma amenazante, y algún otro comentario nefasto que ya ni recuerdo. Todo el rato ir vigilando la ropa que me probaba dentro del probador, que incluso mi pareja ha tenido que salir de la tienda, de la incomodidad. He hecho un cambio a mala gana. En el mostrador, para romper el hielo de buenas le he dicho a la “ama” que estaba entre un pantalón y un jersey, pero me quedaba con el pantalón porque eran más originales. Me ha respondido de nuevo con mala gana: tú sabrás que quieres y que te gusta. Casi ni se ha despedido de mí. Venimos muy a menudo a Puigcerdà, y tengo claro que no volveremos a entrar nunca más en esta tienda. Así sólo haga que perder clientes, y sabe muy mal. Yo he trabajado de cara al público muchos años, en una tienda de zapatos conocida, y nunca en la vida, NUNCA, he tratado así a los clientes.

(Original)
Poso una estrella perquè no puc posar menys. Aquesta botiga no està tancada, és oberta. I el tracta al client és nul. Dilluns vaig anar-hi a comprar uns pantalons, però provats a casa no van ser del meu agrat, així que avui he decidit tornar-hi per canviar-los. De primeres, ja males cares pel canvi. I a continuació, de males formes, la que suposo que era la “mestressa” m’ha dit que ho canviés, però que triés bé perquè no se’m permetria cap més canvi, de forma amenaçadora, i algun altre comentari nefast que ja ni recordo. Tota l’estona anar vigilant la roba que em provava a dins l’emprovador, que fins i tot la meva parella ha hagut de sortir de la botiga, de la incomoditat. He fet un canvi a mala gana. Al taulell, per trencar el gel de bones li he dit a la “mestressa” que estava entre uns pantalons i un jersei, però em quedava amb els pantalons perquè eren més originals. M’ha respòs novament amb mala gana: tu sabràs que vols i que t’agrada. Gairebé ni s’ha acomiadat de mi. Venim molt sovint a Puigcerdà, i tinc clar que no tornarem a entrar mai més a aquesta botiga. Així només feu que perdre clients, i sap molt de greu. Jo he treballat de cara al públic molts anys, a una botiga de sabates coneguda, i mai a la vida, MAI, he tractat així els clients.