Sendero Cruz de Juanar
MA-5300, 29610 Ojén, Málaga, España
4.8
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H4G8+J5 Ojén, España
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Un pedazito de verde al que escaparte siempre que lo necesites ...
Ayer, 25 de septiembre de 2019, después de muchos meses sin subir una montaña, decidimos ascender una de las más conocidas del litoral malagueño, La Cruz de Juanar, de 1178 msnm.
Las previsiones del tiempo no eran demasiado malas, por lo menos para la tarde del viernes.
A las 20:15, después de la foto de rigor, iniciamos la subida. Temperatura agradable, cielo bastante despejado.
Después de hora y media, con más o menos esfuerzo, unos más que otros, llegamos a la cumbre.
Alegría inmensa, vistas espectaculares a la iluminada Costa del Sol, fotos, una buena cena, buen vino, buena compañía, animada conversación con temperatura fresca.
La niebla entraba y salía, la luna aparecía y desaparecería conforme las nubes se desplazaban.
El tiempo se nos pasó volando, sin apenas darnos cuenta nos metimos en el sábado, las 00:30 minutos.
Comenzamos la bajada.
A los pocos minutos comienza a chispear, paramos, sacamos impermeables, capas, todo lo que llevábamos encima.
Seguimos caminando, bajando por senderos de barro, grava y piedra, complicados si están secos, imposibles si están mojados.
Al poco, decenas de relámpagos iluminan el entorno, truenos ensordecedores aturden el silencio de la noche, una cortina de agua nos permite ver apenas unos cuantos centímetros.
Teníamos la DANA encima, una tormenta detrás de otra fueron descargando todo lo que llevaban sobre nosotros, agua, electricidad y ruido, mucho ruido, estruendos como bombas cayendo a nuestro alrededor.
El sendero se convirtió en un río resbaladizo, caímos al barro más de uno, otros se tiraban al suelo cuando los truenos explotaban cerca, muy cerca. Los frontales apenas podían romper la oscuridad y la barrera de agua.
Una bajada de tres cuartos de hora, nos llevó más de dos horas terminarla.
Para cuando llegamos a los coches, sobre las 2:30, parecía que habíamos atravesado un río, los impermeables no habían servido de nada, estábamos completamente empapados, algunos móviles dejaron de funcionar.
Llegamos empapados, cansados, sobre todo por la tensión, pero muy felices, ¡hemos sobrevivido a una DANA en medio de una montaña¡
Fue una temeridad, seguramente, pero, "que nos quiten lo bailao".