Barranco malen

Está cerca del principal afluente del Turia por su margen derecha, es un modesto curso de montaña sometido al régimen pluvial mediterráneo con rápidas y violentas crecidas provocadas por las lluvias torrenciales, que alternan con fuertes estiajes que dejan seco su cauce. Su caudal está regulado por el embalse de Buseo y como la mayor parte de su recorrido discurre por lugares deshabitados sus aguas son limpias y nítidas. Recibe los principales aportes de los barrancos de la Hoz, de Malén, del Agua, de la Ermita, de la Arcolla y de Ropé. Los diversos cursos fluviales presentan varias cascadas de singular belleza y considerable altura, que aquí reciben el nombre de "chorreros".

Las rocas calizas que conforman las montañas cheranas han sido excavadas y modeladas por el Reatillo y sus afluentes labrando profundos desfiladeros. En ocasiones se estrechan formando angostas gargantas, como el barranco de la Hoz que forma numerosas pozas de aguas cristalinas y transparentes.

En las inmediaciones se encuentra el pico del Burgal, con sus 1.119 metros, supone el límite entre Chera y Gestalgar, y apenas a dos kilómetros más al sureste, ya en término de Chelva, tiene continuidad con otra montaña de altura similar, Santa María, con 1.138 metros. Estas cumbres forman parte de un conjunto orográfico en el que se incluyen también la sierra del Tejo, la sierra de Enmedio y la sierra de Los Bosques, que fueron casi totalmente arrasadas por el virulento incendio de julio de 1994. Gran parte de las interesantes formaciones vegetales que allí había quedaron reducidas a cenizas. A día de hoy, veinticinco años después, los montes aún se encuentran en proceso de recuperación.