Albergue de Peregrinos El Cruce

Carmen encantadora, sube magdalenas, café, colacao e infusiones para desayunar.
Muy atenta, todo muy limpio y tienes casi de todo para poder hacerte la comida.
Debajo tienes un supermercado para lo que necesites.

Carmen es un encanto.
El albergue está fantástico.
Dispone de cocina, sala común y para lavar.
Respeta las medidas anticovid entre los peregrinos.
Muy recomendable este albergue si quieres sentirte como en casa.
El desayuno lo deja preparado en la cocina para el día siguiente.
Es un albergue privado pero ella pide la voluntad

Carmen, la hospitalera, es simplemente única. Muy muy cercana y pendiente del peregrino. Justo debajo del albergue tiene una tienda/supermercado donde podrás encontrar todo los comestibles necesarios que podrás preparar en la cocina del albergue. Por las noches deja algunas magdalenas y galletas,además de café, para poder desayunar antes de partir a la etapa.

Se trata de un pequeño albergue situado en el primer piso de un edificio. Carmen, su dueña, te explica muy amablemente que se trata de un albergue privado que se financia mediante la voluntad, cada uno puede aportar lo que estime oportuno (lo lógico anda entre 5 y 10 euros). Tiene una cocina perfectamente equipada, puedes incluso usar la pasta, el arroz, el aceite... Además, en la planta baja hay un supermercado dotado con lo básico para subsistir. Una vez más, Carmen, la persona que cuida de este establecimiento nos ha hecho sentir como en casa, y cuando llevas muchos días fuera de casa, esos detalles se agradecen.

Después de haber leído alguno de los comentarios que se han hecho aquí me gustaría contar mi experiencia en el albergue que regenta Carmen. No es un albergue en sí, sino más bien un piso transformado en albergue. Hay dos habitaciones para dormir pero solo unas pocas literas porque el resto son camas lo que las hace mucho más cómodas y menos masificadas que otros albergues. La cocina es grande y tiene todo lo que se necesita para cocinar, un microondas y dos fogones. Carmen deja aceite, vinagre, sal, azúcar, especias y muchas otras cosas a disposición del peregrino. Hay una habitación central a modo de comedor con una amplia y cómoda mesa de madera y bancos y un sofa alrededor. Esto contribuye a crear un buen ambiente en el albergue y a compartir experiencias y café con otros peregrinos. El baño es pequeño y yo no llegue a utilizar la lavadora por lo que no puedo comentar sobre ello. Pero lo mejor lo mejor sin duda fue Carmen. La atención, el mimo y el cariño con que nos trato a todos los que estábamos allí convirtió nuestra estancia en un recuerdo imborrable. Muchas gracias Carmen por tu calurosa acogida. Fuimos muchos los peregrinos que comentamos tu amabilidad y tu trato. Además del albergue tiene una tienda de ultramarinos debajo del mismo con todo aquello que un peregrino puede querer/necesitar a precios inmejorables. Gracias otra vez y buen camino.

Albergue de donativo espectacular. Con total libertad para entrar/salir,cocinar,lavar ropa... La hostalera muy muy agradable y amable. Una alternativa top a Salas, ya que comienzas etapa en llano y descansado.

Amabilidad pura la de Carmen, su dueña. Tiene un supermercado justo debajo y eso va genial para poder cocinar o comprar provisiones. Descansamos bastante al no ser parada de estaña establecida,por lo que no estaba muy lleno . Un placer

Muy buenas personas el albergue limpio ,también pedirle disculpas pues los hice levantar de madrugada, y fueron encantadores