El Albergue de BONI

La dueña nos recibió muy bien, nos enseñó las instalaciones muy amablemente y durante todo el día nos trató de forma muy hospitalaria.
Las habitaciones están muy limpias, las camas cuentan con buena ropa de cama y te ofrecen un par de toallas.
El salón es muy amplio y cuenta con una televisión.
Las duchas tienen chorros de hidromasaje pero tampoco son nada del otro mundo.
Los baños son mixtos pero no es ningún problema.
Tras la casa hay un amplio patio donde se encuentra una pequeña piscina y un par de tumbonas.

Se encuentra justo a la mitad entre Arzúa y O Pedrouzo por si no puedes completar la etapa entera. Eso hace que sea una zona tranquila y favorezca el descanso. Cerca hay varios restaurantes, pero no hay supermercados ni otro tipo de servicio.

Tiene un bonito salón, muy acogedor, la persona que lo lleva también muy bien, pero los baños de arriba muy muy muy pequeños , lo que ocupa la taza, no te puedes mover.

Gran albergue, con unas instalaciones modernas y cómodas, un sitio para relajarse, la persona que me recibió lo hizo a la viaja usanza, primero me enseño todo, que me aseara y luego hicimos todo el tema de documentos, pagos etc....

Mucha limpieza y comodidad, muy agradable el sitio con incluso parchís y ajedrez, microondas, duchas hidromasaje etc

Buen sitio para dormir, limpio, económico y con dueños super majos

Lo recomiendo sin duda!! Las camas son muy muy cómodas, las literas son fuertes y estables. Las duchas tienen hidromasaje y está todo muy limpio. La terraza tiene mucho solecito que se agradece después de la caminata. La amabilidad, simpatía y humor de Boni le confieren el plus final. Muy contenta!

Por casualidad y puro azar tuve la oportunidad de pasar aquí una noche durante una de las etapas del Camino de Santiago. No puedo decir nada negativo, Boni es muy atento y se preocupa por la comodidad de los peregrinos que se alojan aquí. La sala común dispone de multitud de enchufes para poder cargar la batería, juegos.. etc. Además, las duchas cuentan con hidromasaje... Lo más sorprendente es que el precio no es más elevado a pesar de que esta mucho mejor equipado que el resto de albergues.

Boni, el dueño, es muy majo, hablador y se ve que es buena persona. Pasamos algo de frío por la noche y el albergue todavía necesita mejorar, pero confío en que lo hará.
De lo mejor que tiene son las duchas con surtidor de hidromasaje, aunque hay que salir de la casa principal.